Mi nuevo compañero?

Varios Pokémon paseaban por la sala en la cual se encontraba el chico. Un Pidgey se posó suavemente en la cabeza de Neshu, como si acaso siendo sigiloso no se fuese a dar cuenta. Un Caterpie se deslizó lentamente hasta los pantalones del chico y comenzó a morderlos con cara de suma felicidad. La Profesora Élion apareció entonces desde una de las puertas, vestida como siempre, con una camiseta y... digamos que el resto era cubierto apenas por un ligero tanga rosa de Chansey.

- Oh, un lindo niño - bostezó enérgicamente - ¿Qué deseas? Hum... por tu aspecto algo me dice que deseas ser Entrenador. Perdona que te diga, pero con esos Pokémon acechándote más bien pareces ridículo - esbozó una pequeña sonrisa irónica.

Un Omanyte lloriqueaba bajo las piernas de Élion. La profesora sonrió entonces dulcemente y se colocó a Omanyte en el hombro, acariciendo sus patitas biscosas.

- Tú también eres lindo, Omunaito, no seas celoso. Eres mucho más lindo, ¿a que sí pequeño? - besó entonces a su Pokémon con una cara realmente ridícula e infantil, sin prestar atención al muchacho que tenía enfrente.

Tras las palabras del chico la profesora rio a carcajada limpia.

- Muchacho, creo que tendrás mucho que aprender. Centro Pokémon es donde se curan a los Pokémon, esto es un laboratorio. Pero te has trabado la lengua, supongo. Bueno...

La profesora se encogió un poco sacando el culo hacia fuera, moviendo los brazos como si se tratasen de alas.

- ¡¡Piii, pid, pid!!

El Pidgey que el chico tenía en la cabeza se posó en el hombro de ella. Tras eso su rostro cambió a la seriedad absoluta.

- Bueee muchachico, mi nombre es Élion y soy la profesora Pokémon. Yo te entregaré tu primer Pokémon, podrás decidir cuál y si lo deseas macho o hembra. Entonces te daré la Pokédex y alguna Pokéball. No necesitarás que te diga lo que son o para que sirven esas cosas, ¿o sí? - Señaló una mesa muy desordenada - Coje un folleto, ahí te indica los Pokémon de los que dispongo para tí.

La profesora miró fijamente al chico de pelo castaño, acewrcándose mucho, cara con cara. Le olfateó como si le estubiese investigando. Normalmente presentaba conductas como esas, como si ella se tratase de un Pokémon.

- Bueno, bueno. Ya sé que un error lo tiene cualquiera, no seas susceptible. Leo tu mente - sonrió dulcemente. Tras eso se dirigió al muchacho peliazul - Holas pequeño. Sí, soy la profesora, gracias por el cumplido. Mi nombre es Élion.

Enseguida comenzó a trastear la inmensa estantería y algunos cajones. Tuvo que apartar un despistado Psyduck más de tres veces durante su camino. Llegó con todo lo necesario.

- Toma muchacho, ¿Neshu, dijiste? Esta es tu Treecko - le hizo entrega de una Pokéball - Cuídala bien, ¿ok? Los Treecko son Pokémon amantes de la naturaleza, especialmente los Sceptile, realmente interesantes... Sin embargo, normalmente son algo orgullosos - le entregó entonces 5 Pokéballs vacías y la Pokédex - Con esta Pokédex puedes considerarte un Entrenador oficial. Tan solo pulsando este botón y apuntando de esta manera podrás saber mucha información sobre el Pokémon que desees. Eso sí, la información será mayor si el Pokémon te pertenece.

Respiró hondo, como si aquello fuese algo que ya estaba agotada de repetir. Se sentó en el suelo de repente y comenzó a acariciar a su Omanyte diciendo cursilerías varias. Levantó ligeramente la vista.

- Si deseais cualquier otra cosa podeis decírmelo, ¿eh?

La profesora sonrió de oreja a oreja.

- ¿Y qué me dices de los Cubone? Es un misterio mucho mayor. Sin embargo, es curioso que no se sepa nada todavía. Creo que es por respeto hacia ellos. Dicen que, al nacer Cubone, su madre muerte y entonces éste toma el cráneo de ella. Es triste, ¿verdad? Sin embargo, no comprendo cómo un pequeño cráneo de cubone puede compararse al cráneo de un Marowak. Es algo que jamás comprenderé.

Anotó algo en un cuaderno. Se incorporó dejando a su Pokémon en el suelo. Hizo lo mismo que la vez anterior, encontrándose nuevamente al molesto Psyduck.

- ¡Psy-ya-ya-ya-ya-yay! - gritó la profesora - ¡Mira que eres pesado!

Se aproximó a Axustin y le entregó 5 Pokéball vacías, una Pokédex y la Pokéball con Squirtle.

- Me he tomado la molestia de cojer un Squirtle macho, no me indicaste cómo lo querías. Cuídalo muy bien y conviértele en un fuerte Blastoise. Solo si ambos quereis, claro está. Hay muchos casos de Pokémon muy poderosos que jamás llegaron a su última etapa, como el mítico Pikachu de Red, en la región Kanto.

Les dio una palmada excesivamente fuerte en la espalda a ambos.

- ¡¡Divertios mucho!! ¿Eh?

Se dejó caer al suelo de nuevo para jugar con Omanyte.