La amistad

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Corría por la ciudad como nunca antes. No me importaba estar cansada al llegar a la ruta, pero igualmente mi resistencia era bastante aceptable. Cada vez menos edificios, más árboles... tierra... aire puro... Me aseguré de que no habían árboles justo frente a mí y entonces corrí con los ojos cerrados, queriendo sentir mejor el viento acariciando mi cara y agitando el pelo. Sí, mi pelo, que seguía siendo una coleta y una sospechosa trenza. Por alguna razón no quise desacerla.

Me lancé al suelo en una zona de hierba, riéndome sola. Toqué el cesped con mis manos abiertas, estaba fresquita e incluso húmeda, seguramente habría llovido. El tiempo era ahora espléndido. Me tumbé mirando al cielo, agarrando muy fuertemente la Pokéball, como si así la fuese a sentir mejor. Estaba deseando conocer a mi compañera de viaje, pero quería elegir un buen nombre primero para ella. ¿Cómo sería? Sabía que cada Pokémon tenía un carácter particular a pesar de no haber tenido mucho trato con ellos a lo largo de mi vida. Observé la Pokéball con seriedad, casi juntando mis cejas.

- ¿Cómo quieres llamarte, pequeña? ¿Quieres salir? ¿Se está bien ahí?

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Off: Música heroica (?):

Spoiler:

El viento golpeaba mi rostro, meciendo mi rubio cabello y la parte inferior de mi vestido ―sin dejar nada a la vista, por suerte―, siendo mi figura adornada por la luz del atardecer que empezaba a caer sobre Voken. Había corrido por toda la ciudad, esquivando a todo transeúnte que se atravesara en mi camino a una velocidad que ni yo misma sabía que tenía; por lo que cuando dejé de ver edificios y leí el letrero que ponía claramente “Ruta 1” y los lugares a los que se podía llegar yendo por ahí, me sentí como una ninja. Pegué el frenazo de mi vida, colocando pose heroica ―manos en las caderas, pies un tanto alejados el uno del otro, mirada de decisión extremadamente teatral―, reproduciendo en mi mente una musiquilla que, si bien no sonaba muy heroica, pegaba lo suficiente con la escena como para no cambiarla. Sostenía con fuerza la pokéball de Vulpix ―aún sin nombre―, tratando de transmitirle algo de mi emoción aunque estuviese dentro de ella.

―Hemos llegado, preciosa ―le dije, aún mirando al horizonte con decisión. A esas alturas, ya había dado por hecho que ella podía oírme dentro de la pokéball―. Nuestro glorioso camino, lleno de aventuras y emociones varias, empieza ahora. Muy pronto seremos conocidas por todo Voken por nuestro talento, y no sólo nosotras, si no todos los pokémon nuevos que vengan.

Empecé a caminar, manteniendo la otra mano en mi cadera. Acerqué la pokéball de Vulpix a mi rostro, sonriendo con dulzura.

―Ya lo verás, seremos grandes. Más que grandes, ¡Enormes! ¡Más que enormes, GIGANTES! ―grité al cielo a todo pulmón, cerrando con fuerza mis ojos y alzando ambos brazos.

Una vez pasó el momento de emoción, fueron pocos los pasos que di. La razón: tras escuchar una voz femenina cerca de donde estaba y mirar, pude divisar a una muchacha echada en la hierba, mirando una pokéball con seriedad. A juzgar por sus palabras, debía ser nueva en esto también ―aunque ignoraba si era entrenadora, o coordinadora, o ranger… u otra cosa―. ¡¡Genial!! Me acerqué a ella dando saltitos, con una enorme sonrisa alegre en mi rostro.

―¡¡Hola!! ―saludé, dejándome caer a su lado en la hierba― ¿Entonces eres nueva en esto también? ―pregunté animada, mostrándole la pokéball de Vulpix.

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Mientras pronunciaba esas palabras escuché con claridad un grito de mujer. Porque sí, eso era cláramente un grito. Pasé de estar tumbada a estar de pie en milésimas de segundo, con las manos en posición defensiva. Mi adrenalina aumentaba, por un momento deseé que algo sucediese y dar alguna patada en los... Em, mis deseos se desvanecieron. Bueno, realmente resultó ser mejor, por imposible que me pareciese. Una joven de una edad similar a la mía me estaba hablando amistosamente, sonriente y una Pokéball en su mano. Era nueva en el ámbito de los Pokémon, por lo que veía. ¡Además, me había hablado ella!

- ¡¡Woooooooooau!! ¡¡HOLA!! - la abracé con fuerza. La solté rápidamente por si se sentía ofendida, pero sin disminuir lo más mínimo mi sonrisa - Llevo unos cuantos días que nadie me hace especial caso, creo que estoy hiperactiva. ¡¡ES LA PRIMERA VEZ QUE TOCO UNA POKÉBALL!! ¿A que es fresquita, pero sin embargo, se siente caliente? Como que algo mágico se oculta tras la cápsula - froté la Pokéball contra mi mejilla. Había hablado demasiado deprisa, sin dejar hablar a la muchacha - Disculpa. Tan siquiera conozco aún al Pokémon que hay en la Pokéball, estaba esperando el momento ideal. Creo que incluso estoy nerviosa - ¿en serio? - ¿Y tú? ¿Qué tienes ahí? - señalé la Pokéball.

Imaginé un Pokémon muy lindo, dulce y cariñoso, ideal para un Coordinador. Pero, ¿y si era entrenadora? Un Pokémon poderoso, imponente, con dientes afilados y garras peludas. No importaba lo que ella tuviese en esa Pokéball, la baba me caía de igual forma. ¿Tendría algún Pokémon más? Me pregunté demasiadas cosas en poco tiempo, colapsando mi cerebro.

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Contrario a lo que esperaba ―que se asustara o que me respondiese con tranquilidad―, la muchacha me saludó de forma incluso más animada que la mía, abrazándome con fuerza. Iba a corresponder el abrazo, pero se separó casi inmediatamente. Eso sí, su sonrisa gigante seguía intacta. Automáticamente empezó a hablar de todo lo que se le venía a la cabeza: no pude estar más de acuerdo con su descripción de las pokéball ―para mí no era la primera vez tocando una, pero el hecho de que era mía y no de mis padres, de los empleados, de los entrenadores de paso o del líder de gimnasio de Ciudad Iris, ya le agregaba ese sentimiento especial―. Reí con ganas cuando frotó la pokéball contra su mejilla, e hice varios gestos con la mano restándole importancia al asunto cuando se disculpó por su efusividad.

―Tranquila, tranquila. Yo también estoy un poco nerviosa ―admití, mirando la pokéball en mi mano―, tampoco conozco a Vulpix. Estaba esperando a llegar aquí, no fuese a ser que ella me perdiera a mí ―Porque claramente ella debía tener mejor sentido de la orientación que yo― entre la multitud de Provento… ¡Ah, y es una Vulpix! ―repetí alegre, como si no lo hubiese dicho antes― ¿Quién libera a su pokémon primero? ―le pregunté dando saltitos de emoción, como si estuviésemos a punto de abrir regalos de Navidad.

Tema: Re: La amistad Miér Dic 15, 2010 2:41 am

Off:Por cierto por si las dudas de porque estoy aqui cerraron el tema de la tienda antes de asegurar a donde iba.Gracias dios por haber tema abierto no queria abrir otro

Llegue lo mas rapido posible a este lugar no me di cuenta de cuanto recorri, para cuando acorde ya estaba dentro de la ruta.Llegue aqui despues de pensar en que aqui podria encontrar mas personas ah conocer.Al inicio de la ruta decidi sacar a totodile de su pokeball y esta vez para no descuidarlo lo llevaba cargando en un brazo iba totodile y con el otro iba cortando el aire para llegar lo mas rapido posible.

Despues de un rato de correr totodile me mordio.-Ahhh!- grite-duele duele dueleeeeeeeeeee!!!!!- lo solte y salio corriendo.-Espeeeera- le grite y empeze a seguirlo a toda velocidad al verlo, estaba junto a una persona que se me hacia conocida y a otra que no, la que no se me hacia conocida llebava. un peinado medio raro,"una coleta y una trenza, si se le pude llamar asi" me quede pansando por detenerme a analizar la chica conocida -Espera ella es Eirika-y corri a saludar.

-Hooola- Grite y tambien -Totodile ven aqui - esto fue con algo de enojo.Al llegar y escuchar su conversacion o almenos parte,solo el final.-Parece que me adelante a lo del pokemon-le dije mirandola desde arriba.-Y tu no te salvas totodile.-totodile puso una cara de lastima y - Espera no puedo enojarme contigo - entonces totodile se puso a bailar alrededor de las chicas.

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¿Vulpix? ¿Vulpix? ¡Ese Pokémon sí era bonito! ¡Y especialmente hermoso al evolucionar! Incluso considerado el más hermoso tras Milotic. Tenía ganas de verlo, jamás había estado junto a uno. Con todas sus colitas, y su hocico, y el pelaje rojizo... Realmente prefería que ella lo sacase primero y así decidir mejor el nombre y el momento ideal para sacar a Swablu. Lo primero que quería era llamar a mi amiga por su nombre. Igualmente no lo dije en voz alta y seguí pensando sin una palabra, con una mano en la barnilla. Entonces me percaté.

- ¡¡Ah!! ¡¡Vulpix es un Pokémon a elegir como Coordinadora!! ¡¡Lo eres!! - me gustaba dar las cosas por ciertas, aún sin saber si lo eran - ¡Algún día nos enfrentaremos! ¡Choca esos cinco!

Entonces un muchacho se acercó a nosotras, parecía conocer a la chica. Por no molestarles saludé exclusivamente con un gesto de la mano. Eso sí, bastante efusivo. Mis ojos se dirigieron rápidamente a Totodile. Sabía muy bien que esos Pokémon, aunque no por malicia, solían morder cualquier cosa que se moviese y con fuerza. Aún así no me importaba.

- ¡¡Pequeñujo!! - con la mano que tenía libre le fui a acariciar la cabeza al Pokémon caimán. Si había riesgo sería más divertido.

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―¡Así es! ¡Y no sólo nos enfrentaremos por algo pequeño, nos enfrentaremos por la COPA LISTÓN! ―exclamé animada, al darme cuenta por sus palabras de que ella también era coordinadora. Y bueno, también adelantándome mucho en el tiempo― ¡Chócalas! ―Di un salto para chocar los cinco con ella, pese a que éramos casi del mismo tamaño.

En ese momento me percaté de que había otra ―bueno, otras― presencias junto a nosotras. Al ladear la cabeza ―aún con el brazo en alto tras haber chocado los cinco― reconocí de inmediato a Takumi y a su Totodile. Reprendió al pokémon, pero este hizo una carita de Mareep degollado que hubiese cautivado incluso a la persona más estricta. Tras conseguir la disculpa de su entrenador, el pequeño empezó a bailar alrededor de nosotras, siendo detenido por la muchacha de cabello aguamarina ―el cual, ahora que me daba cuenta, estaba arreglado de una forma un tanto peculiar (una coleta y una trenza… a medias)― en su intento de acariciarle la cabeza. Mientras todo eso pasaba, me di el papel de presentadora.

―¡Hola, Takumi! ―saludé alegremente, acompañado de un gesto de la mano― Ya ves, no me equivoqué, nos volvimos a encontrar ―dije, cerrando los ojos y con una sonrisilla de suficiencia, aunque hacía poco menos de media hora que nos habíamos separado―. Oh, sí. Mira, ella es… ... eeeeessss… ―Apuntaba a la muchacha para que él entendiera de quién estaba hablando, pero en ese momento me di cuenta de un detalle muy importante― ¡Qué descuido, tú no sabes mi nombre ni yo sé el tuyo! ―alerté a la chica, picándole en el hombro con el dedo índice para llamar su atención― ¡Me llamo Eirika, gusto en conocerte! Y él ―pasé a apuntar al chico, aprovechando el hecho de que sí sabía su nombre― es Takumi, y él ―apunté a su Totodile― es el Totodile de Takumi.

Tema: Re: La amistad Miér Dic 15, 2010 10:37 pm

Totodile salto a la chica del cabello peculiar en forma de abrazo en vez de morderla en su intento de caricia. -!¿Por que al unico que muerdes es a mi?¡- Exaclame mientras totodile ponia un gesto de alegria.
-Ah!! cierto perdon, yo soy Takumi y el es mi Totodile-me presente justo despues de que Eirika lo hiciera, en ese momento totodile salto de la chica del cabello peculiar a mi y lo primero que hizo fue intentar morderme -Ja, no pudiste- grite haciendome a un lado.Por suerte totodile cayo de pie y no le paso nada.

-Se nota el amor que me tiene ¿No?-Le pregunte a las chicas que estaban enfrente de mi.

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Primero reí a carcajada limpia. Acaricié y apretujé al lindo Pokémon, al cual parecía que le había agradado. Nunca había tocado uno como aquel, con escamas y garras tan afiladas. Cogí una de sus patas terminadas en largas uñas para observarlas de cerca. Le sonreí con corazones en los ojos.

- ¡¡Txooooto-txoto!! - le imité a la perfección - Tú también me gustas, pequeño.

Tras una cálida mirada saltó de mis brazos muy vivaracho. Seguí riendo cuando trató de morder a su compañero. Era una escena entrañable, por extraño que parezca. Entonces toda alegría se borró de mi rostro. ¿Cabía la posibilidad de que no le gustase a Swablu? ¿Podría ser... que me atacase? ¿O me tuviese miedo? ¿O escapase? Mi corazón dio un golpe brusco. Eso sería algo que no podría soportar. Apreté su Pokéball nuevamente. Trataba de darle mi calor.

- ¿Eh? - miré con ojos robóticos a Eirika, pero cambié radicalmente - ¡¡Oh!! ¡¡Sí!! Tienes razón. ¿Eiri-chwan? - probé, a ver cómo se oía - ¡Encantada! Mi ser Alma.

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Eché a reír al oír la forma en la que la chica imitó a Totodile ―aunque era bastante sorprendente, había sonado exactamente igual―, y seguí haciéndolo cuando Takumi se las arregló para esquivar la mordida de su pokémon.

―Sí, te adora ―comenté, aún riendo levemente― Esa es la forma en la que te demuestra su cariño ―improvisé una respuesta a la pregunta del muchacho.

Cuando volteé a ver a la muchacha, mi sonrisa desapareció por unos momentos. Aunque no duró mucho tiempo, me devolvió la mirada de forma casi robótica, cambiándole a los pocos segundos. Alcé una ceja, esbozando nuevamente mi sonrisa. Aplaudí y di varios saltitos al oír el apodo que me había dado.

―¡Suena genial! ―solté animada, y tomé su mano, estrechándola con la mía― Mi gustar conocer tú, Alma-chan ―le dije de la misma forma en la que ella se había presentado. Solté su mano y observé con ternura la pokéball en la mía― Y claro, tú no puedes quedarte en el anonimato, preciosa ―le hablé a pokéball.

Di varios pasos hacia atrás para alejarme de Alma y de Takumi. Di un corto beso a la pokéball, para luego lanzarla al centro del grupo. Al tocar el suelo ésta se abrió, emitiendo un haz de luz rojo del que se terminó materializando la pequeña zorro roja. Nada más salir empezó a mirar alrededor con cierto nerviosismo, quizás preguntándose cuándo había dejado el Centro de Coordinación ―aunque eso anularía mi teoría de que podía escucharme dentro de la pokéball… finjan que no dije nada―.

Me acerqué a Vulpix, agachándome en cuanto estuve junto a ella. Ésta me devolvió la mirada, sin estar muy segura de si acercarse o no. Acerqué mi mano hacia ella, cosa de que pudiese olerla ―táctica que había visto hacer a mi madre con todos los pokémon nuevos―.

―Veeenga, no hago daño ―dije, con una sonrisa amable en el rostro―. Soy Eiiiiirika. ―Mi sonrisa se ensanchó hasta límites insospechados cuando, después de oler mi mano, la pequeña empezó a lamer uno de mis dedos. Solté un chillido de alegría, abrazando a Vulpix― ¡¡KYAAAA, eres tan tieeernaaaa!!

Me levanté del suelo, con Vulpix en brazos, sonriendo a los dos muchachos.

―Ellos son Alma y Takumi ―le dije a la pequeña―. ¡Saluda!

―¡Vul! ―saludó, esbozando una ¿Sonrisa? Tímida.

Tema: Re: La amistad Jue Dic 16, 2010 12:17 am

-Encantado- Le dije a Alma - y,¿que tienes en esa pokeball?- le pregunte por que tenia duda,aunque al ver su expresion al quedarse viendo su pokeball snti que habia hablado demas y me senti tonto aparte de la sensacion de ofenderla.Entonces totodile salto a mi cabeza y se quedo ahi un rato,entoces pense que estaria incomodo ahi asi que lo puse de nuevo en el gorro -Ahi estaras mas comodo- le dije a totodile y el volvio a sonreir.-Me gusto como le dijiste a Eirika y ademas acorta el nombre-le dije esto con dos razones la primera era que si me habia gustado y la segunda para animarla.
Al ver a Eirika reirse cunado esquive la mordida de totdile, grite -No te burles de nuestro amor-
Al oir el vulpix totodile ya casi dormido abrio los ojos de golpe y salto del gorro -¡¡Txooooto-txoto!!-y al bajar corrio a Vulpix y lo abrazo.

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Ambos muchachos me hicieron reir; Takumi con su estrecha amistad con Totodile y Eiri-chwan, con sus encantos y amabilidad. Hacía mucho tiempo que no tenía trato con nadie, cada vez me sentía más motivada, con más energía. Casi podía ver una barra sobre mi cabeza, como en el juego de Los Sims, que aumentaba según mi felicidad. Aquella última pregunta de Takumi me había aumentado la barra casi al final. Fue ver a la bellísima Vulpix lo que me descontroló, reventando la barra de felicidad. Tan mona, lamiendo su dedo, dulce, delicada, hermosa, pequeña... Era el momento.

- ¿Qué qué tengo aquí...? - contesté a Takumi y sonreí levemente, algo pícara, con el flequillo ocultando mis ojos - Tengo a mi compañera...

Pensé en Efe: ser instantaneo podía dar mejores resultados, como cuando elegí al azar a aquella Pokémon perfecta para mí. El Destino. Sentía la adrenalina burbujeando en cada rincón de mi cuerpo. Me iba a inventar el nombre, y me lo iba a inventar AHORA.

- ¡¡Mi compañera... - lancé con energía la Pokéball, hacia arriba - Cocorete!!

¿Por qué, por qué habría dicho una palabra así? Igualmente ya no importaba, Cocorete había aparecido fugazmente y se encontraba en el cesped, con sus patitas clavadas en el suelo, nublandome la mente. Me agaché y la miré, quería que me conociese cuanto antes.

- Hola, pequeña Cocorete. Soy Alma.

El Pokémon ocultó su rostro entre sus plumas de algodón. Me acerqué sigilosa, pero dio un saltito hacia atrás. Suponía que era normal, al fin y al cabo no fui yo quien la había capturado. Entonces se me ocurrió una idea. Imité el sonido de los Taillow, que era el único Pokémon Tipo Volador que conocía hasta la fecha. Dio un leve saltito hacia mí, ladeando la cabeza con curiosidad. ¡¡Nyaaaaaaarr!! ¡¡Me gustaba TAAAAAAANTO!!

- ¡Cocorete! ¿Quieres llamarte de esta forma? ¿Coco-chan?

Para mi sorpresa el Pokémon pió de forma aguda y dulce. Ahora sí podría imitarla. Lo hice, y me contestó. Le acaricié la cabeza y cerró los ojos, piando nuevamente. ¡¡Lo había logrado!!

- Cocorete, tú y yo viajaremos juntas. Vamos a aprender muchas cosas y a evolucionar en equipo. Al igual que ese Vulpix de ahí, vamos a ser mejor que ellas, ¿verdad Coco? - guiñé un ojo a Eiri-chwan, solo quería animar el ambiente - ¡¡Y ganaremos en fuerza a ese Totodile!! - apreté el puño con una gran sonrisa.

Por extraño que me parezca pió con energía, como si le estuviese contagiando mi alegría. Revolví sus dos pelos con fuerza en gesto cariñoso.

Tema: Re: La amistad Vie Dic 17, 2010 3:50 am

-Que bueno que desde el inicio se lleven bien- le dije al verla tan alegre junto a su compañera. -Cococete es algo raro pero al abreviarlo como Coco suena genial.Espero que sea una relacion buena como la mia con Totodile- "No se si mi relacion con Totodile pordia llamarse buena pero la tomo asi" me quede pensando al voltear a ver a totodile, que estaba bailando.

-Quisiera verte en un futuro no tan lejano, tal vez gandome en una batalla- decia mientras sonreia hacia Coco - aclarando no dije esto por decir que ahora no me puadas ganar en una batalla si no que no quiero pelear todavia- Aclaraba por si las dudas

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―¡Wow! ―Tuve que hacer equilibrio para no caer cuando Totodile saltó a abrazar a Vulpix, que aún estaba en mis brazos. A juzgar por el grito (en su idioma) que soltó, a la pobre casi de la un ataque por el susto inicial (demasiado sorpresivo para su gusto), pero una vez los bajé para que no acabasen cayendo superó el susto y trato de corresponder el abrazo del pokémon―. ¡Aaawwww! ―¡Se veían taaan tiernos!― ¡Quédense así!

Tomé mi cámara, me arrodillé en el suelo junto a ellos y cuadré la fotografía. Flash cegador, Vulpix mareada.

Presté atención cuando Alma lanzó su pokéball hacia arriba, ¡Se había decidido! Escuchando un redoble de tambores en mi cabeza, mantuve los ojos abiertos y me negué a parpadear hasta que el pokémon estuvo fuera de la pokéball. ¡Un Swablu! Cocorete, nombrado así por Alma. Para ser un nombre improvisado, era bastante bonito, y además a ella parecía gustarle. Era entretenido escuchar a ambas, coordinadora y pokémon, piándose entre sí ―todavía me parecía asombrosa la forma en la que imitaba exactamente la voz de pokémon de turno―.

―Eso ya lo veremos, no dejaremos que nos superen tan fácil. ¿Verdad, pequeña? ―Dirigí mi mirada a la aludida después de guiñarles el ojo a Alma y a Coco. Aunque dudó por unos momentos, acabó asintiendo animadamente con la cabeza.

Tomé una fotografía cuando Alma le acarició la cabeza a su Swablu. Esperaba que mis compañeros de turno no se acabaran molestando conmigo por la manía de usar la cámara en todo momento.

―Bueeeeno, ¿qué estamos esperando? ―les inquirí, dejando la cámara colgando de mi cuello― ¡No hay tiempo que perder! ¡Es hora de continuar! ―apunté con decisión al lado de la ruta que conectaba con la siguiente ciudad. Vulpix me imitó, levantando una de sus patas delanteras y apuntando al mismo lugar― A menos de que tengan otra idea. Se aceptan sugerencias ―agregué, no fuera a ser que ellos tuvieran una idea mejor.

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- No tengo problema en luchar pronto si Cocorete no lo tiene.

Cocorete sostuvo mi mirada firmemente, parecía ser un claro asentimiento a probar sus fuerzas. La cogí en brazos y la abracé dulcemente. Entonces ví la maestría de Eiri-chwan con la cámara, tomando una foto en el momento preciso. Mis ojos ocuparon mi cara durante un instante, con la boca abierta.

- ¡¡Qué cámara tan genial!! ¡¿Puedes darme la foto que hiciste?! ¡¡Es... es...!! - cuando me percaté de que estaba abrazando a Cocorete con una fuerza similar a mi emoción la solté rápidamente - ¡¡Quiero probarla!! ¿Puedo sacaros una foto a todos?

Asentí a su propuesta levantando el puño, estaba deseando encontrarme a algún Pokémon y probar la fuerza de Swablu. ¿Un Pokémoncito como aquel sería capaz de entablar un buen combate? Sabía que la inmensa mayoría de Pokémon estaban preparados para ello de manera natural, por lo que no dudaba que lo haría genial. ¿Qué pasaría cuando arañaran sus suaves alas? No quería pensar en ello, prefería verlo por mí misma. Acaricié su cabeza y apreté mi nariz contra su pico. Entonces me levanté con ella en brazos.

- Estoy deseando entablar un combate, incluso quizás pueda capturar un Pokémon nuevo hoy. ¿Iremos todos juntos? Sea como sea, lo haré en cuanto me dejes tu cámara, a no ser que te de miedo - subí una de mis cejas - Si no no hay ningún problema, ¡me conformaré con una foto a mitad de uno de mis combateees!

Tema: Re: La amistad Mar Dic 21, 2010 3:31 am

-Vez pudiste hacer eso con Totodile en la tienda- dije rememorando mi primer encuentro con ella -bueno almenos no diste tu grito de guerra y saltaste al suelo como en la tienda - dije bolteando con una sonrisa sarcastica.
Al oir lo que dijo Eiri-chan de las sugerencias comente -Saben hay mun concuro y un gimnasio en Firterra podemos ir alla los Tres - mientras recojiendo a totodile antes de ue hiciera algo peligroso.
-A mi tambien me gustaria un combate eh incluso tener un segundo pokemon, alguien con quien se entretenga totodile.- decia mientras tocaba su cabeza, lejos de su boca claro y miraba a las chicas y sus pokemon.

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―Ya lo he dicho antes: es más emocionante cuando tienes poco tiempo para sacar la foto ―me excusé, inflando las mejillas en un gesto enojado―, si lo he hecho de modo “normal” esta vez es porque no había ningún factor emocionante cerca.

Alma empezó a hablar emocionada sobre mi cámara, pidiéndome que se la prestara. ¿Prestar mi cámara? A decir verdad nunca se la había dado a nadie… a excepción de mis padres ―pero claro, ellos la habían comprado, tenían que asegurarse de que funcionara―, pero supuse que no pasaría nada si se la dejaba por un rato. Después de todo, tenía que empezar a buscar desde ese momento a alguien que pudiese tomarnos fotografías en los concursos ―porque dudaba mucho que me dejasen usar la cámara en media presentación―.

―¡Claro! Venga, ten. ―Descolgué la cámara de mi cuello y se la tendí a Alma, escuchando al mismo tiempo la información que Takumi nos daba― ¡Suena genial! Ir en grupo es divertido… quizás algo lioso, pero divertido a fin de cuentas. Así también podemos ir al gimnasio contigo, y tomaré fotos de la batalla. ¡Ya me lo estoy imaginando! ―Empecé a hacer gestos con los brazos, de forma dramática― El tiempo es crucial, los ataques chocan, la tensión es palpable, menos de un segundo para tomar una fotografía decente, y ¡FLASH! ¡Todos los sentimientos quedan plasmados en el papel!

Vulpix saltó a mis brazos en cuanto terminé de describir la posible escena en el gimnasio. Acaricié los rizos de su cabeza, con gesto pensativo.

―Ahora que lo pienso, preciosa, aún no te he puesto un nombre ―Me observó con gesto de duda―. No, Preciosa no es un nombre… bueno, sí lo es, pero es muy común. Tiene que ser algo que resalte, que sea glamuroso, pero que a la vez muestre tu encanto y dulzura… ―Deseé tener la misma creatividad de Alma para los nombres―. Veamos. Vul…

―Pix. ―A juzgar por su expresión, no tenía buena opinión de los nombres derivados.

―Vale, vale. Qué taaal… eeehm… Na… Na… ¿Naya? ―Negó con la cabeza― ¿Navi? ―De nuevo negó. Los nombres cortos no resultaban tan glamurosos, pensé― Naaaa… ¿Nabooru? ―Tras pensarlo unos segundos, asintió animadamente, con una sonrisita en su rostro― ¡Perfecto, entonces! ¡Nabooru queda! ―Una vez seleccionado el nombre, coloqué a Nabooru sobre mi cabeza―. También quiero empezar un combate, ¡Hay que entrenar desde ya para ser las mejores!... Y una adición nueva al equipo sería genial.

Off: Sólo por si las dudas, el nombre vendría pronunciándose "Naburu", con las dos o pronunciadas a lo estadounidense xD

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Coloqué a Cocorete en mi cabeza, la cual clavó un poco sus garras en mi pelo, pero no me hacía daño. Cogí la cámara con mucho cuidado, como si se tratase de algún tipo de objeto mágico de cristal. Tan siquiera recordé agradecérselo. Pasé la cuerda de sujección por mi cuello para asegurarme, y entonces pegué mi ojo a la cámara.

- ¡¡Sonreid!!

Sin tan siquiera avisar saqué una foto horrible, apuntando a Eirika cortándole los pies y de fondo Takumi con media cabeza fuera de la imagen. Sin embargo Vulpix salía bostezando muy graciosa, y Eirika miraba a Arceus sabe donde con una sonrisita. Takumi parecía preocupado. Comencé a reir.

- Si me dejas la cámara un poco más prometo sacar una foto decente. Entonces quereis ir todos juntos, ¿no? ¿Es esto... un reto? - hubiese saltado con fuerza de no ser porque tenía la cámara en mis manos - Haré todo lo posible... ¡¡por quitaros los Pokémon!! Quiero decir... ¡¡Conseguiré luchar y capturar todos los que vea!! ¡¡Ñajajajajaja!! Os dejaré alguno, claro está...

Cocorete, aunque yo no la veía, tenía una expresión que claramente decía que yo estaba loca. Saqué otra foto al azar, para ver cómo pillaba a cada uno de mis nuevos compañeros.

- ¡Sonreid!

Yo sonreía como si la foto fuese para mí.

Tema: Re: La amistad Mar Dic 21, 2010 10:27 pm

Al ver la foto pense triste en voz alta -Sali a la mitad- mientras obserbava la foto, analizandola bien -Mira este detallito totodile sale completo- a nadie le importaba mi totdile, ¿sera por que ya lo conocian bien y trataban de conocer a sus pokemon?.
Von oir las palabras de alma, de nuevo y esta vez por accidente pense en voz alta. -Creo que soy el menos escandaloso y exentrico aqui, tal vez totodile es lo que me hace verme asi.M egustaria es actitud.-

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El flash de la cámara cuando Alma tomó la foto me aturdió por varios segundos, contrario a Nabooru que ni se había percatado al estar bostezando. ¿Hacía cuanto tiempo que no me tomaban una fotografía? Había perdido mi inmunidad al flash.

―Claro, úsala el tiempo que quieras ―ofrecí sonriente―. Veamos si consigues la misma maestría con la cámara que yo ―le reté en broma, con tono chulesco―. ¿Un reto, huh? No lo había pensado de esa forma… ¡Está decidido! ―Crucé mis brazos, mirando al horizonte con gesto decidido― ¡El que luche contra más pokémon gana! ¡Y el perdedor pagará el almuerzo en la próxima ciudad! ―No tenía ni idea de si había restaurantes allí, pero algún reto tenía que haber.

Al escuchar el comentario de Takumi sobre nuestro excentricismo, solté una leve risilla y me acerqué para darle varias palmaditas en el hombro.

―Tranquilo, te acostumbrarás. Quizás incluso se te pegue nuestra actitud. ―En cuanto escuché a Alma anunciar otra fotografía, me apresuré a sonreir y jalar los labios de Takumi para que hiciera una sonrisa a tiempo― ¡Sneeeeaseeeel!

Totodile, al darse cuenta, dio un salto frente a nosotros para salir en la fotografía, con una enorme sonrisota. Nabooru, por otro lado, se limitó a cerrar los ojos y sonreír con ternura, para que no le pegase tanto el flash de la cámara.

Off: Vaaale. Digo que cuando postee Alma de nuevo empecemos ―ahora sí― a caminar por la ruta, ¿les parece? :3

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Despegué el ojo de la cámara con suavidad, quizás con algo de miedo al ver el resultado. La foto no estaba borrosa, más o menos bien centrada y ellos habían salido genial.

- ¡¡Estais guapísimos!!

Swablu pió con fuerza, asustándome. No acababa de acostumbrarme a que Cocorete estaba ahí conmigo, aunque quizás algún día se me haría raro lo contrario. Ofrecí la cámara con una sonrisa a su dueña, aunque pronto quería pedírsela nuevamente. Di un tiempo para que viesen la foto, acariciando las plumitas de Coco. Ahora mi mente procesaba un único tema: el reto. Era mi primer reto, y aunque con solo participar y divertirme me conformaba, deseaba ganar. ¡¡AMABA LOS RETOS!! Y este se iba a convertir en el que abriría paso a mi vida como aventurera.

- ...

Spoiler:

Takumi y Eiri continuaban bastante cerca el uno del otro, por lo que aproveché para hacer algo que de verdad me apetecía. Mis ojos brillaban con intensidad. Me situé entre ambos y pasé mis brazos por los hombros de ambos muchachos.

- ¡¡Guay!! ¡¡Entonces, vamos todos!! ¡¡El reto da comienzo!!

Todavía agarrada de los cuellos de ambos chicos (de puntillas, ya que ambos eran más altos que yo) miraba el paisaje detenidamente, con una sonrisa pícara. Esperaba a ver el primer Pokémon.

Off Rol: No se cómo disculparme. No he podido entrar ni para avisar, pensé que sí iba a conectarme. Siento mucho el retraso...

Tema: Re: La amistad Sáb Ene 15, 2011 6:16 am

Off rol:Eh vuelto (pose) despues de una semana de Secu eh regresado.....y ahora malgastando energia que deberia usar para mis semestrales vengo a contestar post!!!!!!!!

-Muy bien como hemos terminado podemos continuar nuestro viaje-dije animado despues de ver detenidamente,de nuevo, la foto.

-Esperen ,solo hay un problema,!!Totodile se va¡¡-dije al tener colgada en uno de mis hombros a Alma,que al parecer por la emocion nos descuidamos de Totodile,que al, ser hiperactivo se fue corriendo hacia el frente dejandonos un poco atras.

"Entonces aqui comienza realmente nuestro viaje" pense al ver los animos de Eiri y Alma.