Alma
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| Tema: ¡¡Wo-wo-wo-woo!! Lun Dic 13, 2010 12:20 am | |
| Me agarraba fuertemente de la barandilla, estiraba mi cuerpo hacia delante todo lo posible, cerraba los ojos y sacaba la lengua. El viento chocaba con brusquedad contra mi rostro, por lo que mi boca se abría exageradamente por la presión. Mis larguísimas coletas se agitaban a gran velocidad, ondeando. Flash, flash, flash, flash. Tan solo me retiré cuando un señor mayor me llamó la atención. ¿Realmente le importaba si caía al mar? Igualmente me agaché levemente en modo de disculpa, tampoco quería causar molestias a los viajeros del barco. Pero esque era tan genial... ¡¡Ya entendía por qué los Growlithe hacían eso!! Igualmente estaba ansiosa, necesitaba entretenerme de alguna manera. Me acerqué con una gran sonrisa a una chica, pero me miró con cara de pocos amigos. Creo que incluso la escuché gruñir. Miré al cielo, a los Wingull. Estiré una mano como si pudiese alcanzarles, con una gran sonrisa en el rostro. Entonces sonó una voz de mujer indicando la llegada al puerto. ¡¡Habíamos llegado!! ¿Habíamos llegado? ¿Acaso me había quedado dormida? Agarré fuertemente mi mochila, respiré muy muy hondo y corrí con todas mis fuerzas hacia la salida. Si no lo hacía así, no era tan emocionante.
Al pisar tierra no podía creerlo, ¡¡estaba en Vōken!! Bueno, en realidad era la primera vez que escuchaba el nombre de esa región, pero eso lo hacía muchísimo más interesante. Cerré los ojos para ver un cartel que se encontraba algo lejos. "Provento". Vale, estaba claro, ahora tenía que encontrar la esfera de cristal, hasta ahí llegaba. Salí volando en un instante, fijándome todo cuanto podía en las personas y Pokémon que veía en la ciudad. Parecía limpia, muy cuidada y animada. Era un buen lugar, sin duda. Trataba de observar los escaparates, aunque sin disminuir la velocidad. Me maravillaba con los edificios, cada uno de un color diferente. Me hizo ilusión ver el Centro Pokémon, tan inmenso. Algún día necesitaría acudir a él para descansar tras horas de travesía, acompañada de Arceus sabe quien.
Cuando encontré la Casa no podía creerlo. Era tan grande, tan reluciente, tan... transparente. Muchas personas entraban y salían con hermosos Pokémon a su lado, brillaban con luz propia. Otras personas se paraban a observar. Frené por fin frente al edificio, respirando con dificultad. Yo tenía una pinta horrible, sudorosa y desarreglada. No me importaba, pero con gran velocidad estilo-hamster me acomodé bien el pelo, peinando mis coletas con los dedos. Cerré los ojos, respiré y empujé la puerta. Off-Rol: Tema finalizado | |
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