Salió del laboratorio y se dirijió otra vez al centro de la ciudad. Con el mapa en la mano, pasó por muchas calles pero no encontraba la tienda. Pasó una hora y nada...no la encontraba, hasta que giró la cabeza para ir a la siguiente calle y vió la tienda. Era grande y luminosa, con todas las cosas principales para una buena aventura.
-Buenos dias...¿me podria vender 3 pociones, por favor?. -Dijo educadamente enfrente del mostador.