Un pequeño vistazo

Les había llevado un tiempo largo llegar al camino, en parte debido al Pokemon que había decidido no cansarse aquel día y se dedicó a andar tranquilamente, sin prisas, siempre cruzado de brazos.

El sol había avanzado más su camino en el firmamento, y el atardecer pronto llegaría. Su luz anaranjada aún no había caído sobre el lugar, pero no tardaría en hacerlo, cubriendo las verdes hierbas y las rocas que franqueaban el lugar. Por todas partes descansaban frondosos árboles, cuyo verdor contrastaba con el gris de la tierra. La verdad es que hacía un poco de calor aquella tarde, aunque tanto Pokemon como entrenador se mostraban indiferentes a la temperatura. Quizás su aclimatación era un rasgo común, aunque no se dieran cuenta, también su paso. Ambos parecían especialmente tranquilos, si bien el entrenador habría tenido ganas de llegar desde el laboratorio corriendo. Le encantaba sentirse vivo y el viento cruzando a su lado.

Por su parte, Oze lanzó una mirada en derredor cuando llegaron al lugar. El entrenador, a su vez, miró al Pokemon, que le devolvió un vistazo momentáneo, para momentos después asentir con la cabeza, dándole su aprobación a la frondosa zona. Al menos los árboles parecían convencerle.

Este es el punto en el que empieza el viaje de los entrenadores de Provento ¿Sabes? –Comentó señalando el camino de tierra que tanto contrastaba con la ciudad que dejaba atrás- ¿Ko? –Preguntó el Pokemon, también señalando, a lo que su entrenador no tardó en responder- Sí, desde aquí –Afirmó pisando la tierra del camino- Aunque, claro, aún no podemos marcharnos. No tengo provisiones ni me he despedido de nadie aún. Sin embargo, no creo que tardemos más de un par de días. –Aclaró. Solo un loco se aventuraría a los caminos plagados de Pokemon cuando quedaba poco para la caída del ocaso, y más aún sin llevar ningún tipo de medida preventiva. No querían acabar comiéndose al primer Pokemon que pasara por delante, claro.

Sin embargo… ¿Qué te parece si nos adentramos un poco más, para echar un vistazo y preparar el terreno? –Preguntó Lowell, mirando de nuevo hacía el camino que se perdía en la distancia y que guiaba los pasos de los aventureros entrenadores en su primer desafío.

Tree… –Murmuró Oze, evaluando la situación. Se mantuvo en silencio por unos momentos, tal vez evaluando si seguir la pregunta del entrenador o dar media vuelta y descansar en un lugar cómodo. El paso del viento entre las verdes ramas le hizo contestar, deseando internarse un poco en la fronda cercana.

¡Ko! –Exclamó, respondiendo afirmativamente, aunque con un poco de rebeldía en la voz que dejaba claro que hacía eso por su propia voluntad. Iba a ser un poco difícil controlar sus combates si tan poco le gustaba acatar órdenes, pero supuso que sería cuestión de entendimiento. Inmediatamente después, comenzó a caminar, como siempre cruzando sus brazos, y dejando atrás al entrenador, que comenzó a caminar tras él en cuanto dio los primeros pasos. Era el nacimiento de un equipo peculiar.

A medida que sus pasos se adentraban en el camino, comenzaban a encontrarse con más cosas de las esperadas. Claro que no era la primera vez que pasaba por allí, pero si la primera en que decidía aventurarse tanto a pie. Las otras veces, la perspectiva de ser atacado por un Pokemon salvaje resultaba un argumento lo suficientemente fuerte como para pensárselo dos veces antes de adentrarse demasiado en la vía.

Por la posición que el sol tomaba en el firmamento, aún podrían estar allí un tiempo más hasta que oscureciera. Siempre que tuviera en cuenta el tiempo de vuelta a casa, claro. De vuelta en el camino, se cruzaban continuamente con Pokemons. Algunos no le daban importancia a su paso, mientras otro se alejaba apresuradamente. Él, por su parte, dirigía su vista a todos lados, intentando que ninguno escapara a su vista, mientras Oze caminaba con despreocupación, como si no le importaran demasiado las demás presencias.

Si bien no tuvo tiempo de reaccionar ante el Oddish, que con velocidad se ocultó entre los arbustos presa de la sorpresa, sí apuntó con la pokedex hacía aquellos con forma de roca, que parecían jugar algo más allá, y hacía el Pidgey, posado en la rama de uno de los árboles de la zona, tan común por la zona. No entraba en sus planes perder una oportunidad de registrar los datos de aquellos.

Una vez listo, se paró un instante, observando de nuevo alrededor. Fuera del camino principal, la hierba se espesaba y los árboles comenzaban a cubrir más terreno. Y parecía que al Pokemon le apetecía seguir una ruta poco común, porque al instante señalaba hacía la hierba y los frondosos árboles. Ya le habían advertido de que le gustaban, así que suponía que por allí se sentiría más cómodo.

Está bien, pero no nos alejemos demasiado del camino principal. No quiero acabar perdido…[i] –Dijo a Oze. Sin embargo, antes de que terminara, éste ya estaba caminando hacía la derecha del camino, internándose un poco más en la zona frondosa del terreno- [i] Oh, claro… No era una petición, era una orden… –Pudo comentar con una ligera sonrisa, de aquellas que se emplean cuando alguien parece darse cuenta de algo obvio y a la vez ridículo. Y solo pudo comentarlo hasta que tuvo que seguirle apresurado, para que su compañero no le dejara atrás. Aquello iba a ser duro…

En un par de zancadas, se hundió en la frondosa hierba que se alzaba al lado del camino, acompañando al Pokemon, que tal y donde estaba, solo podía distinguir la parte superior de su torso y su cabeza. Probablemente, Oze buscaba una zona más atestada de plantas que pudiera explorar. Esperaba que no decidiera continuamente buscar por los sitios menos pensados cuando tuviera que recorrer el camino, o quizás tendría que hacerlo volver a la pokeball… Y por alguna razón tenía la impresión de que no sería de su agrado.

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#1 'Naturaleza' : 2

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#2 'Precision' : 66

Mientras caminaban por entre aquella zona, algo pasó. El independiente Treecko se encontraba caminando a su ritmo entre aquel lugar en el que se sentía tan tranquilo, cuando de repente un gran estampido se alzó de entre la vegetación, haciéndolo rodar por el suelo, y obligando a su entrenador a retroceder sobresaltado. Quizás lo habían pedido a gritos al meterse en esa zona, pero Oze consideraba que todo arbusto era su territorio, y no iba a dejar de moverse por él por una simple amenaza.

Frente a entrenador y Pokemon, que se encontraba ligeramente adolorido por la sorpresa del ataque, pero no parecía tener en mente la huida, se alzó un ser compuesto por seis óvalos. Un Pokemon que se ocultaba entre la hierba había decidido ponerse debajo del pie de Treecko en mal momento, y estaba claramente enfadado por la interrupción y las consecuencias.

Esto… ¿Oze? –Trató de mencionar, pensando en si estarían listos para hacer frente a una amenaza repentina- Tree… –Murmuró el Pokemon malhumorado y apretando los dientes, cortándole antes de decir nada. Estaba claro que definitivamente no pensaba huir. En tal caso… Aquel era oficialmente su primer combate… o al menos el del Treecko:

¡Vamos, Oze! ¡Usa…! –Ordenaba, alzando la voz para hacerse oír en medio de la posible confusión de la lucha. Y antes de que terminara de dar una sola orden, Oze, con ceño fruncido, ya se había lanzado al ataque.

Saltó, girando sobre si mismo y descendiendo con su amplia cola sobre el enemigo, empleando su ataque destructor y aprovechando el giro para magnificar el impulso. Nada más aterrizar tras el golpe, giró horizontalmente sobre sí mismo, de nuevo usando un giro para amplificar el golpe de la cola, con un nuevo destructor sobre su rival. En cuanto la cola barrió la zona, se retiró hacía atrás, asegurándose de mantener una distancia segura ante el potente grito que lo había derribado antes.

Eso… Usa eso… –Murmuró, perdida la fuerza inicial con la que había envuelto su voz, llevándose la palma de la mano a la cara, ante la actitud del Pokemon. Aquello iba a ser difícil, realmente… - Está bien… Disfruta mientras registro sus datos en la pokedex… –Se resignó finalmente, sacando el aparato rojo y apuntando al Pokemon que se alzaba frente a su rebelde compañero.

Esperaba que con el tiempo pudieran llegar a un acuerdo que les permitiera llevar a cabo algún tipo de estrategia, porque si no…

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'Precision' : 4, 40, 34

Lowell fue capaz de ver como Oze asestaba dos potentes coletazos directos sobre su rival, y momentos después retrocedía. Sin embargo, su movimiento no fue suficiente como para que el enfadado oponente se relajara, y enseguida volvió a arremeter con ese molesto estruendo.

A consecuencia de esto, el Treecko volvió a ser derribado. Parecía que no tenía manera de escabullirse del ataque del insistente rival. Y a la vez, el Pokemon de planta se estaba transformando en un volcán, tanto que su entrenador se preguntaba si no iría a impregnarse en llamas de un momento a otro. Al volver a levantarse, bastaba con observarlo unos segundos para notar la tensión que estaba comenzando a acumular y como apretaba los dientes. No se veía acorralado, posiblemente no se lo vería ni siquiera si cayera derrotado, sino que cada vez estaba más enfadado.

Tree… –Decía malhumorado, como a modo de amenaza, mientras fruncía el ceño mientras comenzaba a levantarse de nuevo.

Ay, mi madre… –Murmuraba el entrenador llevándose la mano a la cara. La que se iba a armar si no se ponía tierra entre ambos pronto…

Oze, por su parte, estaba de nuevo en pie, observando al rival cuidadosamente… Ambos luchaban en un terreno amigable, que conocían bien, pero no iba a dejarse vencer por media docena de rostros malhumorados. Apenas tras un momento de reconocimiento y aliento, cargó de nuevo en dirección al Pokemon oval.

Sin embargo, esta vez sus movimientos adquirieron un matiz un poco más agresivo, dejándose de piruetas y pasando a la acción más directa. En cuanto su acometida lo llevó junto al rival, frenó en seco, empleando el impulso restante de la carrera en un destructor frontal, directo hacía el ser, e inmediatamente después del primer golpe, pivotando sobre el suelo y girando completamente, trató de lanzar otro golpe potente e idéntico en su espalda. (Si realmente podría considerarse espalda en el caso del Exeggcute) Ya había comprobado, además, que por mucha tierra que colocara de por medio, no iba a estar del todo seguro frente a los gritos, y no podía callar seis bocas solo con sus patas. Sin embargo, en aquella zona frondosa había una manera de tratar de evitar, o al menos debilitar el poder de su ataque, y era tan sencilla como echar el cuerpo a tierra. Así, el geco se alejó, agachado entre las hierbas, aprovechando su color para camuflarse un poco de paso, esperando que las altas briznas que había entre los dos fueran suficiente como para amortiguar el estruendo.

La batalla se endurecía por momentos, y ambos combatientes comenzaban a estar cada vez más débiles. Parecían tener las mismas posibilidades de vencer, pero los ataques de su propio Pokemon eran algo temerarios. Avanzaba sin pensar demasiado, directo y siempre con las mismas tácticas, empleando una y otra vez golpes giratorios. Cierto era que también trataba de alejarse, pero los golpes acabarían por pasar factura, y para colmo, no podía hacerlo volver si no lograba distinguirlo en el terreno en el que se había ocultado. Necesitaba lograr que lo obedeciera pronto, o su primer combate podría no tener un resultado satisfactorio. Tal vez podía parar aquello…

Llevó su mano al bolsillo, sacando una de las cápsulas rojizas y ampliándola, preparado para intervenir si era necesario. Aunque la verdad es que no sabía que pasaría si dos enemigos inmediatos como aquellos se veían de repente como compañeros. Sería mejor preparar la casa para un ataque atómico…

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'Precision' : 89, 7, 69, 51

La secuencia de eventos se sucedió con rapidez. El Pokemon avanzó, esquivando, y golpeó, una y dos veces, alejando a su rival y ocultándose en cuanto tuvo la oportunidad. Sin embargo, el Exeggute lo encontró con velocidad y volvió a emitir aquel terrible estampido que taladraba los oídos del entrenador y su desobediente compañero.

Oze no pudo sino retroceder ante la ofensiva, malherido. Tanto él como su rival estaban malheridos, y un paso en falso podría ponerlo en problemas. No hacía falta mirarlo demasiado tiempo, sobresaliendo su cabeza de la hierba y algo alejado del rival, para saber que estaba tratando de planear un contra-ataque que no lo expusiera ante otro ataque enemigo.

Mientras tanto, su entrenador dudaba de si debía inmiscuirse en el combate. Es posible que su Pokemon se enfadara por ello, pero también sabía que no podía andarse con remilgos exponiéndolo a una situación de peligro. Además, era una oportunidad perfecta para capturar a un Pokemon poco común, si bien le preocupaba más el resultado sobre ambos rivales que pudiera tener el combate. Cayera quien cayera, no llevaba nada encima para curarlos, y no pensaba dejar al Exeggcute salvaje derrotado y tirado allí, claro. Parecía la acción más lógica si se tenían en cuenta las salidas y resultados.

Supongo que no hay otro –Murmuró mientras apretaba la pokeball firmemente, esperando el momento indicado. Al fin y al cabo, no sería el único Pokemon al que atraparía, así que no podía ceder a los previsibles enfados de Oze, que no parecía saber ver cuando era mejor alejarse un poco del combate y siempre se lanzaría de cabeza contra su enemigo por muy exhausto que estuviera.

El treecko, por su parte, estaba listo para iniciar su carrera. Lanzó una mirada intimidante (Malicioso) al Exeggcute con la intención de atemorizarlo y obligarle a retroceder, y pretendía iniciar una arriesgada carrera en la que se jugaba el combate entero, y con él alguna nueva herida.

Sin embargo, antes de que terminara de llevar a cabo su peligroso plan, una voz intervino en la tensión existente entre los dos combatientes y una esfera rojiza y blanca cruzó el aire.

¡Adelante! –Dijo su entrenador apuntando con su mayor precisión, mientras arrojaba la pokeball con la intención de capturar al Pokemon salvaje. Mientras la esfera se dirigía a su objetivo, Oze no pudo sino detener su carrera mirándola malhumorado. No es que le molestara que trataran de incluir al enemigo en el equipo (Bueno, un poco), pero si le molestaba que intervinieran en medio de su combate. Privarle del golpe de gracia era bastante molesto… Mejor que su entrenador no durmiera muy profundamente aquella noche, porque pensaba molestarle bastante como venganza…

Oze estaba herido, sin embargo, a pesar de apenas poder mover un dedo, parecía decidido para su prócima carga, el Treecko ardía en deseos de acabar con aquel Pokémon salvaje, pronto ejecutaría su plan sin ningún remordimiento, dejando al Exeggcute mal parado, o al menos eso pensaba Oze. El Treecko sin dudarlo un momento lanzó una mirada intimidante al Exeggcute sin dudar un momento, pero un dolor se le produjo al Treecko en los tímpanos, por lo que cerró los ojos un momento, resultando nulo aquel malicioso que pretendió lanzar.

Exeggcute estaba enfadado, aquel Treecko le había atacado, le había hecho tanto daño que apenas podía moverse, pero una cosa había decidido, iba a acabar con aquel Treecko, no había duda. El Exeggutor explotó de rabia, lanzando otro de esos estruendosos gritos ensordecedores a los cualos el entrenador y su Pokémon ya se habían acostumbrado, pero aun así, produciendoles gran dolor. El Treecko mostró rostro de sufrimiento mientras apretaba los dientes para no caer, y no lo hizo, aún podía moverse, cosa que no gustó al Exeggcute. Sin dudarlo un momento, el Pokémon huevo usó "Presa" dos huevos se dirigieron rápidamente hacia Oze, golpeandole en la espalda y en la cara, ya no iba a poder moverse más en un buen rato. Los diversos rostros de Exeggcute mostraron un rostro de satisfaccion inmediata.

Justo después de suceder esto, algo completamente imprevisto para Exeggcute ocurrió, una bola blanca y roja voló hasta golpearle en uno de sus rostros, de un momento a otro, el Pokémon, transformandose en un rayo rojo, se introdujo en la Pokeball. El Exeggcute luchaba por su libertad y la Pokeball se movía sin parar, pero el Exeggcute no podía seguir luchando, por lo tanto, involuntariamente, dejó de resistirse y la Pokeball se detuvo. Había sido capturado.

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Oze ha botenido 39 puntos de exp.

Lowell ha obtenido:

EXEGGCUTE

Tu PC ha sido actualizado.

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'Precision' : 22, 37, 9, 85