¡Pokemon conseguido!

Entramos en aquel edificio espectacular, redondo tanto por fuera, como por dentro, con cada habitación construida con la misma forma peculiar. El interior estaba adornado con estatuas de cristal de pokemon, lo que le daba cierta hermosura y delicadeza. Observé con interés cada una de ellas, preguntándome en qué pokemon se habrían basado para hacerlas y porqué los habían escogido a ellos.

Mentiría si dijera que no estaba nerviosa. Aunque exteriormente mostraba la misma seriedad de siempre, por dentro deseaba que me entregaran mi primer pokemon cuanto antes. Incluso más allá de la razón por la que iba a convertirme en coordinadora, me di cuenta de que también deseaba un pokemon a mi lado, un amigo como tantos otros que había tenido de pequeña, aunque no fueran humanos.

Allí, en la entrada, no había nadie. O eso creía. En cualquier caso, decidí quedarme allí y esperar a que alguien acudiese tras mi aviso.

— ¿Hola? ¿Hay alguien?

Me giré hacia Doble T, para que no creyera que me había olvidado de él. En realidad, agradecía que estuviese allí conmigo, incluso en un momento tan especial.

— ¿Te importa esperar un poco más? Quizá el encargado haya salido a comer —teoricé, aunque tampoco sabía quién estaba a cargo del Centro de Coordinación.

Entre detras de Leinth, ya que le habia aguantado la puerta... Miraba hacia arriba, atendiendo mas al edificio que al resto de las cosas... Me parecia cuanto menos espectacular. Me gustaba la arquitectura, y aquel lugar era una gran obra. No hacia demasiado caso a la decoracion, ni al resto de las cosas que habia dentro. Me habia quedado parado en el medio del edificio, y Leinth ya se habia adelantado... ¿Estaba loca, parecia hablar con una mesa?...

Pero no, cuando llegue a su altura, pude ver... A... ¿Una niña? Hablaba demasiado rapido para mi gusto, con una voz... Que no me resultaba comoda... Y... ¿En tercera persona?

- ¿De que va esto?... - Le susurre a Leinth. Me parecia una chica un tanto rara... ¿La mejor Coordinadora de Voken? Pues que decepcion... - Es una niña un tanto rara...

Ademas, pese a sus intentos por parecer mas alta, el mirarla me producia dolor de cuello, no estaba acostumbrado a hablar con alguien tan pequeño. Por lo tanto decidi ignorar la conversacion, ademas no iba conmigo, y permaneciendo al lado de mi compañera, volvi a mi mundo y segui examinando el lugar.

Al parecer, sí que había alguien. Una niña pequeña, que decía llamarse Efe, ser la jueza y la encargada del Centro de Coordinación. Parecía una mala broma pero sonaba tan convencida que era difícil no creerla. Y era tan enana que Taku y yo podíamos pasar casi por sus padres, a pesar de que ella tenía quince años, apenas un año menos que yo.

Observé la curiosa escena entre Efe y Taku. Sin duda, eran polos completamente opuestos, aunque no podía predecir la reacción de éste.

— Soy yo la que necesita algo —intervine, tras que repitiera la misma pregunta—. Vine porque deseo convertirme en coordinadora pokemon.

Puede que fuera extraño hablar con una niña que era la "jefa" y que parecía haberse quedado estancada en la lección de la utilización de las personas en lengua. Sin embargo, sólo ella me separaba de mi primer pokemon.

La situacion habia sido, cuanto menos, extraña. No tuve tiempo de reacionar, y la verdad me hizo sentirme un tanto avergonzado, pero no por mi, sino verguenza ajena. La "niña" que pese a decir que tenia 15 años, no los aparentaba ni subida a un silla, habia protagonizado... No tenia palabras...

- Coge tu pokemon y vamonos... - Susurre a Leinth.

Estas dos chicas eran como el dia y la noche... Una alta y la otra muy pequeña... Leinth no era una chica de muchas palabras, por el contrario, pese a haberla conocido hace cinco minutos, podia decir que no se callaria ni debajo del agua. La coordinadora, me hacia sentir incomodo.

- No quiero estar aqui mas de lo necesario... - Volvi a susurrar...- Me pone nervioso...

Retrocedi un par de pasos y deje que Leinth lidiara con la niñita... Preferia que la conversacion no fuese conmigo... Volvi a mirar al techo, deleitandome con el edificio... Me gustaban las construcciones grandes, quiza porque las pequeñas no estaban hechas para gente como yo.

¿Que pokemon recibiria Leinth? La verdad no sabia mucho sobre los pokemons que recibian los coordinadores... Pero basandome en especulaciones de los pokemons mas bonitos, llegue a pensar en un Butterfree o... Quiza... Un Vulpix...

No respondí a los murmullos de Doble T, pero tenía las mismas intenciones que él: terminar cuanto antes. Efe tampoco era una de mis personas favoritas, demasiado niña e infantil para mi gusto. Sin embargo, no podía olvidar que era una jueza, al fin y al cabo.

Dejé que me guiara, con su Ditto encima de la cabeza, hasta la siguiente habitación, y última, esperaba. En la sala, había un cartel que indicaba los pokemon disponibles. Lo observé sin fijarme como Efe colocaba una escalera para alcanzar las pokeball y esperaba mi decisión. En el hall, Doble T también esperaba, por lo que debía darme prisa.

Estuve dudando entre dos pokemon pero, finalmente, me decanté por uno muy especial.

— Me gustaría tener el Ralts, macho, si se puede escoger —me decidí.

Aunque me gustaban más los pokemon de tipo Fuego, sentía una sana veneración por aquellos de tipo Psíquico. Además, uno de los pokemon de mi padre había sido un bello Gardevoir al que recordaba con cariño, hasta que un día desapareció de repente.

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Ralts

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Cuando Efe me entregó mi primera pokeball, comprendí por primera vez que era mucho más especial que una cápsula capacitada para guardar pokemon. Allí dentro, aguardaba mi primer compañero (pokemon, pues antes que él había sido Doble T). Ansiaba conocerle, sin embargo, reprimí las ganas. Recordé que Doble T me estaba esperando.

— Ambos nos cuidaremos bien —afirmé, asintiendo y logrando formar una diminuta sonrisa. La primera, y quizá la última, que Efe vería proveniente de mí—. También he decidido ponerle un mote: Kibou.

Kibou significaba "esperanza". Un nombre muy apropiado para el inicio.

Escuché atentamente sus instrucciones y las reacciones del Ditto de su cabeza, que emitía sonidos y gestos según le gustara o no lo que exponía su amiga. Guardé lo que me dio en la mochila, salvo la pokeball, que la conservé en mis brazos durante todo el tiempo. Me incomodó un poco que preguntara sobre si me gustaban aquellos objetos.

— Claro —respondí, algo secamente.

Regresamos a la entrada, donde aún estaba Doble T. Me dirigí hacia la salida, sabiendo que mi compañero no podría permanecer paciente para siempre.

— Gracias por todo —Dije, como única despedida—. Vámonos, Doble T.

Una vez en el laboratorio, ya le contaría el pokemon que había escogido.

Spoiler:

Como casi siempre habia perdido la nocion del tiempo, no sabia cuanto tiempo habian estado las chicas dentro, ni cuanto llevaba mirando al techo, como si buscase algo. La verdad ya habia perdido el interes por el edificio, mas bien estaba sumergido en mis pensamientos.

Leinth salio por la puerta, supuse que ya con su primer pokemon.. Me alegraba por ella. Y rapidamente, sin darme tiempo a reaccionar, se dirigio a la salida del edificio, avisandome de que nos marchabamos.

- Si, vamos... - Dije en dirigiendome a la salida. - Ahora al Laboratorio...

Era el momento de ir a buscar mi pokemon... No era ansiedad, pero si tenia ganas de tenerlo en mis manos. Por suerte el Laboratorio no estaba muy lejos. Un par de calles y llegariamos.