El día que le conocí [Tema privado]

Eddoward estaba en el barco, la brisa del mar mecía su pelo, esa misma brisa era fría, pero su capa que le cubría todo el cuerpo le sevía de abrigo, se sentía relajado allí, se apoyó en la barandilla, cerró los ojos y respiró hondo. El aire del mar era fresco, era un aroma inigualable, miró al agua y pudo ver a varios pokemon nadando, estaba fascinado. Pudo ver un Lapras, un Tentacool y un Seaking nadando por allí, fue algo impactante para él.

En aquel momento desvió la mirada del mar que se encontraba denajo suya y dirijió la vista al horizonte, ya veía su destino. Su amigo le había dejado encima del barco, no sabía a donde se dirijía, cual era su destino, pero parecía evidente. Pudo ver algo que no le agrado demasiado, una enorme ciudad con altos edificios, también vió una extraña montaña, se fijó mas detenidamente en ella, ¿aquello que veía eran escaleras? Seguramente sería para gente que le gusta la escalada y no quería esforzarse demssiado...aunque aquella montaña era demasiado perqueña. Lo único que le maravilló de aquella vista fue las montañas de fondo, estaban llenas de vegetación, y seguramente, también repletas de Pokémon.

Estaba pensando en lo que le quedaba por delante, sería un viaje emocionante, eso seguro, se las iba a arreglar como pudiese, seguro que encontraba una forma de vivir junto con los pookemon, quizás podría vivir como uno mas de ellos en plena naturaleza, eso si que estaría realmente genial. Sus pensamientos los nubló un gravísimo sonido, era la sirena de aquel ferri que llevaba a aquella enorme ciudad, ya estaba allí, tan cerca...de su nuevo mundo, de su nueva vida, otra región...El barco porfín llegó al muelle, quedandose allí parado, con algo de pena por dejar las vistas del inmenso mar atrás, se dirijió a la escalerilla de salida del barco colocandose la capucha de la capa, la cual le tapaba el pelo y la mayoría de la cara.

Una vez estuvo bajo empezó a reflexionar y pensar que podía hacer por allí, que era lo primero que debía hacer. Lo primero fue sencillo, un paseo por el puerto bien cerca del agua para refrescarse las ideas, se sentía bien y a gusto, estaba sonriente y feliz, algo hizo cambiar esa expresión de pleno. Pocos metros mas adelante pudo ver una chica, seguramente de su edad, con una enorme melena castaña, llorando. Se acercó a ella sin pensarselo dos veces, era cierto que no se fiaba de los desconocidos, pero aquella chica lloraba, parecía agotada, no podía ser un peligro. Cuando estuvo justo a su lado se agacho un poco y le dirigió la palabra a aquella muchacha.

¿Se encuentra bien? - dijo con un tono tímido mientras se quitaba la capucha.

Ví la reacción de aquella chica, cuando me quité la capucha de la cabeza se me quedó mirnado, era ua chica realmente guapa. Vi como su pelo calló a ambos lados de su cara descubriendola, era una persona muy muy bella, y yo sentía debilidadpor aquello...Obervé como se me quedaba mirnando, y no pude evitar hacer exactamente lo mismo, me quedé mirandola, fascinado, había algo en esa chica que me atraía, si...definitivamente estaba bastante bien de cuerpo...Entonces ella reaccionó.

P-p-perdo-perdona... Y-y-yo...

Este comentario consiguió que volviese a ser consciente de lo que pasaba, la muchacha sacó los piel del agua mojandome la capa, un detalle sin importancia, un poquito de agua no le hacía daño a nadie, y menos a mí que me pasaba el dia manchándome con cualquier cosa. Ella se puso se pie, sin embargo hubo un movimiento que me impresionó bastanta, a la vez que me hizo esbozar una pequeña sonrisa, ella pegó un traspiés y cayó al suelo de culo. Justo entonces di dos paso hacia adelante, quedando cerca de ella y ofreciendo mi mano para que se levantase. Sus palabras de antes me desorientaron, ¿se estaba disculpando? No tenía sentido que se disculpase, ella no había hecho nada.

No tienes porqué disculparte, no has hecho nada. - pronuncié mientras seguía con la mano en la misma posicion para ayudarla a que se levantase.

Era de madrugada, pronto amanecería, no podía creer lo que le estaba pasando en aquel momento. Una chica guapa estaba justo delante, era el amanecer, me había ido de mi horrible vida para siempre, era demasiado bueno para ser cierto. Miré al cielo, esstaba muy bonito, pero poco después volvi a mirar a la chica, estaba roja, cosa que me hizo gracia, sonreí amablemente mientras la miraba con entusiasmo.

El cielo estaba cada vez más claro, ruidos de pokémon se oían por allí, eran Wingull, solían estar en los puertos volando por encima para intentar coger algo de comida. La brisa del viento refrescaba el cuerpo, menos mal que iba abrigado, ya que a aquellas horas de la mañana justo al lado del mar el aire que corría era para tiritar. Eran las primeras horas de la mañana y se veían hombre y mujeres transitando por allí, preparando embarcaciones o incluso puestos de venta de comida, algo nada raro en un puerto.

En aquel momento me pregunté como nos vería la gente que pasaba por allí, mi cara la iluminó una sonrisa que denotaba que algo no muy...limpio, estaba pensando. En ese momento algo rasgó mis pensamientos, la chica me agarró la mano, había aceptado mi ayuda y me sentía bien por aquello, si, la verdad me sentía muy muy buen por aquello. Cuando ella ya estuvo de pie me dió las gracias por ayudarla haciendo una pequeña reverencia. Un instante después de aquel momento empezó con preguntas algo personales, la verdad es que no estaba seguro de contarle lo que pasaba a aquella chica, pero bueno, empezaba a pensar en cosas que realmente no importaban, ella no iba a saber que yo era un vagabundo, mejor que no lo supiese.

Si, acabo de bajar del S.S. Anne. ¿También eres extranjera? Yo vengo de Sinnoh, estoy de vacaciones con mis padres. Me llamo Eddoward. - la ultima frase la dije después de pensar un poco en como seguir aquella conversación.

Movía un poco los pies, golpeando el suelo con la punta de ellos, empezaba a tener un poco de calor, supongo que sería por aquel momento. Entonces me fijé...ella seguía sujetandome la mano, me sentí avergonzado, no sabía nisiquiera porque lo hacía, bueno, supongo que no se habría dado cuenta. Corroboré mis opensamientos cuando me soltó la mano bruscamente, al igual que ella, yo sonreía y esbocé una pequeña carcajada. Era un momento undicado para hacerlo, retiré mi capa, haciendo que solo cubriese la espalda, peno no los hombros, ahora no parecía una capa, si no una manta atada al cuello...Mi cuerpo se pudo ver, llevaba chaqueta marrón, un poquito corta de mangas, también llevaba .pantalones vaqueros y botas marrones.

Tomando precauciones, tomé mi querida piedra con las dos manos, para estar seguro de que nadie me la pudiese quitar en ningún momento.

Ella repetía mi nombre, si mi tono de piel moreno me lo permitiese, me sonrojaría, sin embargo esto nunca en la vida me había pasado, lo que si pasó fue que mis nervios aumentaban y empecé a temblar un poco, ya la vi mejor, no ten´ñia lagrimas en la cara, la verdad es que me alegraba muchísimo de haberla podido ayudar en el problema que fuese. La verdad yo también estaba alegre, me alegraba de haverme encontrado con una persona como ella nada más llegar a mi destino, definitivamente estaba contento.

El viento mecía mi pelo y mi cara, me encontraba bien ya que estaba bien abrigado, y ese aire fresco en la cara era de lo más agradable, No conocía de nada a aquella chica pero...estaba a gusto con ella, muy muy a gusto. Por unos momentos miraba a mi alrededor, tenía que estar atento, la piedra que tenía entre mis manos era algo realmente especial para mí y no quería que nadie me la quitase de las manos, por muy estúpido que pareciese el hecho de robarle una piedra a un chaval de 16 años...

Mi vigilancia la interrumpió una pregunta de Jen, me gustaba su nombre, era bonito, Señaló a mi piedra preguntado por lo que fuese, me agradaba hablar de mi piedra, ese objeto por el que siempre sentí tantísimo afecto y aprecio, la única cosa material en el mundo que de verdad apreciaba. Me pensé detenidamente la pregunta, mientras lo hacía, la miraba, tenía la piel de galina, se estaba frotando el brazo y yo tenúia una capa calentita que ni siquiera estaba usando, asi que decidi ofrecersela.

¿La quieres? Yo no tengo frío. - dije mientras me la quitaba y fe la ofrecía con una de mis manos, en la que no llevaba la piedra.

Poco después ella me estornudó, bueno, a mi piedra, cosa que me hizo gracia, la verdad, por un poco de saliva de chica no pasaba nada, me parecía mal no explicarle de que se trataba, asi que se confesé lo que realmente era esa piedra.

Es...una piedra. - dije mientras sonreía ampliamente.

Por cierto, ¿tienes algun lugar a donde ir?¿Quieres dar un paseo?

"No, en serio, quédatela, estoy bien."

No me dio tiempo a reaccionar cuando noté como el rostro de Jen variaba de forma rara después de hacer yo la pregunta, parecía impresionada, no era para tanto, era un paseillo aunque claro, no parecía muy normal ya que la acababa de conocer. Estaba solo y no tenía nada más que hacer que dar un paseo con una chica bien guapa, el cielo cada vez estaba mas clarito, apunto de salir el sol por completo, los Wingull eran cada vez mas abundantes y algunos puestos estaban ya montados, la cosa empezaba a animarse.

"Claro Eddoward, como gustes."

Reí un poco tras esa respuesta, parecía estar conteniéndose algo, quizás la emoción...bah, imposible, ya me estaba haciendo ilusiones con aquella chica ¿quien sabia como era realmente ella? Seguramente no sería mi tipo, aunque...realmente en el fondo me seguía haciendo ilusiones. Ella empezó a andar y yo la seguía, andando como siempre, despreocupado y con la piedra entre los brazos junto con la capa en uno de los brazos, como seguía de espaldas hice algo que se me ocurrió y en el fondo me agradabe, meacerqué mucho y le puse la capa por encima de los hombros y me puse a su lado. Miraba a Jen detalladamente, era realmente bella, su pelo, su forma de andar, su...esencia era algo que me atraía, aunque la verdad, me gustaban mucho las chicas...aunque, era diferente.

Y...¿te gustan los pokémon? - dije intentando buscar un parecido entre nosotros dos.

Notaba que me relamía, a veces lo hacía cuando me ponía nervioso, entonces me di cuenta de que la miraba durante demasiado tiempo, bruscamente dirijí mi cabeza mirando al frente, aunque seguí mirandola de reojo.

Oí su respuesta a mi pregunta, parecía que de verdad le entusiasmaban, era un parecido que tenía conmigo, aunque a millones de personas les gustasen los Pokémon. Me sentía a gusto con aquella chica, si seguíamos encontrando cosas en común quizás nos llegásemos a llevar muy muy bien, es una cosa que de verdad esperaba, mi primera amiga en mi nueva vida...y en mi antigua. Yo, al igual que ella adoraba los Pokémon, siempre quise tener uno como compañero, uno con el que correr todo tipo de aventuras.

Los primeros rayos del sol punteaban en el cielo, la cantidad de Wingulls aumentaba y el ajetreo del mercado era cada vez mayor cuando yo le puse mi capa sobre sus hombros. Su reacción pude imaginármela...en una de mis fantasías, lo curioso es que fue real. Ella acarició la capa y seguidamente se giró mirándome en el acto. Cuando mi miró a los ojos pude ver algo, para mí especial, sus ojos eran de la misma tonalidad marrón que los míos, fue algo que me chocó y me agradó bastante a la vez. Entonces algo que no me esperé pasó, levanto su mano y la dirijió hacia mi cara, cada vez más, yo me puse sumamente nervioso en aquel momento¿que iba a hacer? En el ultimo momento la retiró bruscamente y se giró, pronunciando lo siguiente:

"G-g-g-gra... hum."

Parecía nerviosa, la verdad es que después de aquello yo también compartí ese sentimiento, y bastante desgraciadamente. Me temblaban un poco las piernas y se me hizo un nudo en la garganta, pasó algo bastante inapropiado entonces: Una ola golpeó contra las rocas del puerto, haciendo que muchas gotas cayeran sobre nosotros dos, mojándonos enteros, fue algo bonito, pero que me molestó, ahora ella estaría mojada y tendría frío, le iba a preguntar si estaba bien así, pero mis nervios del momento no me dejaron volver a hablar sobre mi capa. Me puse a su lado y seguí la conversación como si nada pasase.

A mí también me encantan los Pokémon, siempre quise tener un compañero, pero mis padres nunca me dejaron, por eso y más... - Corté mi dialogo enseguida porque tuve la sensación de que podría acabar diciendo cosas que no deseaba.

Al final se dió cuenta de lo que había dicho, parecía un poco ausente, era una cosa que me hacía bastante gracia en aquel momento¿que estaría pensando una chica en aquella situación? Siempre oí que las chicas eran menos pervertidas que los tios, por eso no podía estar pensando lo mismo que yo en esos mismos momentos. Aquella reacción me pareció muy propia de mí, siempre estaba pensando en la mona de pascua y cuando alguien me dirijía la palabra solía reaccionar con ese "¿eh?"

"Sí, perdona, perdona. ¡¿En serio?! A mí también me gustaria tener uno, pero... ¿tus padres? Los míos tampoco... bueno... en fín."

Cuando pronunció la palabra "padres" me tensé un poco, ya que no quería soltar tema de ese asunto...si le decía que era un vagabundo sucio que se había escapado de casa seguro que le daba asco, miedo y se marchaba enseguida...no quería librarme de una compañía pasajera...tan pronto. Seguíamos caminando, mucho rato, bueno, no sabría juzgar cuanto ya que la mayoría de este estuvimos callados, yo por puro nervio, ella...no se, aun no la conocía lo suficiente como para juzgar aquello,.

Llegamos a adentrarnos en la ciudad y puse mala cara, no me agradaba la ciudad, aquella jungla de cemento, edificios altos, gente apretada, masificación, me daba mucho asco...ahora que lo pensaba, por la ropa no lo parecía pero...¿y si la chica que tenia al lado fuese una de esas niñas pijas?¿y si fuese una de esas chicas que les encnta ir a centros comerciales e incharse a comprar ropa? No me gustaba aquella idea, no quería que ella fuese así...ella no...

Un poco mas adelante vimos algo, lo observé, era un cartel, mostré curiosidad, pero la reacción de mi compañera fue distinta a la mía, ella actuó de forma muy alertada, parecía muy muy entusiasmada por aquello. A mi me hacía ilusión, era un laboratorio Pokémon, ¡quizás allí podría adquirir uno! En ese momento ella me agarró de la chaqueta y me zarandeó adelante y atrás, la escena fue bastante cómica ya que ella era mucho más bajita que yo, reí ampliamente y dije:

Si si, ¿quieres ir? Quizás allí podamos conseguir un Pokémon. - dije mientras pensaba en mi posterior aventura y no en...el viaje con mis padre.

En ese momento me dí cuenta de algo bastante importante¿como ella no se había dado cuenta? Mientras la miraba de arriba abajo pude darme cuenta¿podía haber ido cómoda de aquella manera mientras andaba? Imposible...

Por cierto, no...¿no llevas zapatos? - dije un poco cortado.

Observé como empezó a correr desesperadamente y muy muy nerviosa, parecía muy excitada por la idea de conseguir un Pokémon, si de verdad le gustaban muchísimo los Pokémon y era una persona eufórica, era normal aquella reacción, ya me empezaba a imaginar la forma de ser de aquella chica, y la verdad, me gustaba aquella actitud, yo era muy parecido, solo que...me daba muchísima vergüenza empezar a correr delante de ella. Jen paró en seco, pareció que porfin se había percatado de lo de sus zapatos, ¿dijo que no estaba acostumbrada a no llevarlos? Esa frase daba a entender un: "No, si no soy una vagabunda ni nada de eso", aunque viendo en anteriores momentos sus reacciones, era evidente que no se trataba de eso. Seguídamente dijo lo de ir al laboratorio, estaba claro que yo iba a ir. Preguntó por mis padres, lo lógico.

Nah...por mis padres no te preocupes...es decir..eh...es..digo...¡llevo el movil en el bolsillo! No tiene que preocuparte, si me necesitan me llamarán - Dije mientras sonreía ampliamente. Sin embargo, tanto los bolsillos de mi chaqueta y pantalones estaban completamente rotos, era imposible guardar algo ahí. Evidentemente, no llevaba móvil.

Avancé hasta ella, me situé justo a su lado y la miré, tenía las plantas de los pies sucias, y no me extrañaba. Estaba andando por aquellas sucias y asquerosas calles, llenas de polvo, duras y frías calles. Miré alrededor y puse una cara sincera de asco, de mucho mucho asco, de verdad odiaba las ciudades grandes, me suponían que habían llenado la tierra de un producto artificial, habían encerrado a la tierra, la estaban ahogando, por aquel asqueo repentino escupí al lado contrario del suelo en el que estaba Jen. Observaba a toda la ajetreada gente de allí, tanto trabajo era antinatural, me producía asco, y este se reflejaba en mi cara....

Odio a las personas... - Dije entre dientes, a no demasiado volumen, pero entendible.

Ese pensamiento predominaba en mi cabeza, pensé en mis padres, pero entonces miré a Jen, era diferente a las demás personas, seguidamente me miré a mi mismo, los dos eramos diferentes, al menos era lo que me parecía por el momento, se supone que teníamos que volver a por las zapatillas de ella, no tenía prisa alguna, es más, estaba a gusto con ella, cuanto mas tiempo a su lado pasase, mejor.

Poco después de mi repentina ausencia mental me di cuenta de cuanto se reía¿que pasaría? Desde luego yo no tenía ni majadera idea de donde vería la gracia Jen en el asunto, pero bueno, la risa era sana, asique mejor dejar reir a gusto que cortar por simple curiosidad, podía pasar sin saber aquello. También caí poco después en lo que dijo, si iba con ella, por supuesto la respuesta era evidente, un sí alto y claro sin ningún lugar a dudas, era evidente.

Poco después ella empezó a hablar¿habría dicho algo en voz alta de lo que pensaba? Tenía miedo de lo que pudiese pasar a continuación¿y si ella adoraba la sociedad?¿y si le parecia un lugar perfecto? Desde luego no iba a quedarme con ella mucho rato si tenía ese pensamiento, ni por su parte ni por la mia, aunque...sentía muchísimo miedo a perderla, quizás porque era mi primera y probablemente única amistad en Vöken, o quizás porque estaba bien de cuerpo y me daba pena perderla de vista, ate este pensamiento no pude evitar enseñar una pequeña conrisa cuando su comentario me cortó de pleno.

" El mundo está podrido. Trato de no pensar en ello, me produce arcadas. Desearía poder ser un Pokémon. Bueno, voy a por mis zapatillas enseguida, ¿me esperas aquí?"

Casi no podía creerlo¿que el mundo estaba podrido?¿que querría ser un pokémon?¿esque a caso pensaba de la misma manera que yo? Esto supuso una enormísima alegría para mi, quizás...era una remota esperanza desde muy dentro de mí pero quizás...quizás podría empezar con ella mi viaje. Cuando menos me lo esperé ella empezó a correr, tenía la suficiente velocidad para alcanzala y suficiente resistencia como para mantener el ritmo que llevaba, no pude aguantarlo y la curiosidad me hizo preguntar.

Jen¿tu con quién has venido? - dije sin ningun problema respiratorio por el ritmo de carrera.

¿Estaba absorta en mi? ¿Eso iba enserio de verdad? Se dice que las cosas que se dicen sin pensar son las realmente que salen del corazón, eso me llenó de nervios y alegría, no sentía por ella cosa parecida a amor, pero...estaba muy muy bien, y además guapa, no todo el mundo tenía es,. Bueno, para que engañarme, la verdad es que su forma de ser, y por ahora su forma de pensar me fascinaban, me encantaba como era. ¿Decía que había venido aquí sola? Una chica de 15 años había venido hasta aquí sola? Me parecía muy peligroso aunque...me gustó la idea, quizás era como yo, o quizás la hubiesen mandado aquí a..casa de sus tíos o algo, yo que se, no quería preguntar pero la curiosidad...

¿No te parece peligrosa que una chica de 14 años venga sola hasta aquí? Quiero decir...podría pasarte algo. - Dije justo cuando llegamos al lugar de las zapatillas.

Estaban justo ahí, le veía el rostro un poco triste¿habría hecho una pregunta indebida? Era de lo más típico en mi, la verdad es que no me extrañaba nada...Esperaba que no se alejase de mi cuando dije eso, la verdad es que me había pasado, me había metido en asuntos personales que no era de mi incunvencia. Por el contrario los rostros de las personas del puerto parecían contentas, bueno, era un sábado, empezaba el fin de semana, suponía que hoy era un día de alegría para adultos ,niños y jovenes.

Escuché detenidamente las palabras de aquella chica, pàrecía algo molesta, estaba algo seria. Se sentó bruscamente y se metió unas botas viejas en los pies. No se abrochó los cordones, con esa pose, esa cara y esa forma de actuar me miró directamente a los ojos, no parecía alegre en absoluto.

"Eh, que tengo 17"

Repetí mentalmente esas palabras "Eh, que tengo 17" ....aún dificil de asimilar, intentemoslo de nuevo..."Eh, que tengo 17" Ok, ya lo había captado, y lo que acababa de pasar es que había hecho una de las cagadas mas sublimes de toda su vida. Aquella cica tenía 17 años, no los aparentaba, aunque una vez dicho, era creible. En ese momento me pareió que el suelo se caía debajo de mis pies. Su rostro estuvo bastante serio mientras me decía su respuesta, supongo que fue algo que le molestaba mucho...

Lo..lo siento, yo no sabía que..bueno...bah...perdona... - dije con una cara de arrepentimiento que podía divisarse a kilómetros.

Sin embargo, poco después de aquello, Jen sonrió, aún no estaba acostumbrado a ese nombre, pero me gustaba. Ella estaba sonriente, parecía contenta y dispuesta, tenía determinación en los ojos, se le veía desde lejos y yo se lo podía notar. En ese mismo momento, mientras yo la miraba completamente ensimismado, ella habló:

"Tú no me has dicho tu edad¿cuantos tienes?"

Afortunadamente no fue una pregunta demasiado complicada.

Tengo 16, los cumplí hace poco. - dije mientras ví como echaba a andar rápido, yo la acompañé, aligerando el paso.

P.D.: Tema Cerrado, continúa en Laboratorio Pokémon.