La primera aventura

Era la primera vez que montaba en un Ferry. Y la última, espero.

La mayor parte del viaje tuve que pasarlo en mi habitación, con la puerta del baño abierta y lista para salir corriendo por si el bamboleo del barco volvía a afectarme y las náuseas regresaban. Fue horrible. Espero no tener que pasar por lo mismo otra vez. ¿Para qué montar de nuevo, al fin y al cabo? Detrás no dejaba nada que me importase. Y adelante, tenía todo un continente para encontrar mi lugar.

Antes de partir, tuve que decidir entre varios destinos: Hoenn, Sinnoh... ¿Por qué elegí Vôken? No tengo una respuesta satisfactoria. Ni siquiera sobresalía entre el resto de paradas ni ofrecieron nunca publicidad sobre la región. Creo que fue por mi madre. Ella nació aquí. Por eso, cuando el taquillero me preguntó, pensé que no estaría mal conocerlo. Y si al final no me gustaba, siempre podía explorar por otros lugares.

¿Y cuál ha sido el precio? Un viaje bien movidito. Me consuelo pensando que podría haber sido peor.

Escuché una musiquita y luego, el aviso por los altavoces: "El Ferry llegará en breves momentos al puerto. Esperamos que hayan disfrutado y vuelvan a viajar con nosotros". Suspiré. Mi equipaje estaba hecho, por lo que no tenía que preocuparme de que no me dejara nada a bordo. Por fin iba a volver a pisar tierra firme. Me recogí el pelo suelto en una coleta alta, como era habitual, mientras atrancábamos. Recogí la mochila y me bajé del barco, aparentemente con paciencia al recorrer los pasillo, aunque interiormente estaba deseando abandonarlo.

Cuando bajé, me acerqué a un mapa, situado a la salida del puerto, que mostraba la ubicación de los lugares y los sitios más visitados. Aquel día llevaba un vestido negro, hasta las rodillas, con una chaquetita morada de manga larga. Como siempre, salvo mis ojos y mi faz seria, no destacaba en nada.

- Por fin.. - Dije al bajar del barco...

Despues de un largo viaje en Ferry, ya estaba cansado de tanto barco. La verdad nunca me gusto demasiado el mar, y esta no habia sido la experiencia que cambiaria mi opinion sobre el.

Pero por fin habia llegado a Voken... La region donde empezaba mi verdadero viaje.

Una vez en el puerto me estire, tenia los musculos agarrotados de tanto dormir... Habia pasado casi todo el tiempo en la cama durmiendo. Asi seria mas corta la travesia, ademas, no tenia nada interesante que hacer en el barco.

Cogi mi petate, un largo saco de color negro con una cuerda blanca para colgarlo al hombro. En el llevaba todo lo necesario para comenzar esta nueva vida, y si no era suficiente, mala suerte, porque nada mas se habia quedado atras. A excepcion de mis padres, pero ellos saben cuidarse solos.

Podia ver a la gente desembarcar con un ritmo frenetico, gente con prisa, con lugares a donde ir y cosas que hacer... ¿Pero a donde debia ir yo? La verdad no lo sabia, por eso me acerque hasta un mapa situado a la salida... Alli habia una jovencita mirandolo. Bastante alta... Pero nada que ver conmigo. Palida y vestia un largo vestido negro que resaltaba con su tez.

Me agache un poco... Las cosas nunca estaban a mi medida... Y coloque uno de mis dedos en el mapa buscando algo interesante... La verdad debia buscar el laboratorio pokemon, esa era mi primera parada.

Mire a la jovencita... Mientras me erguia otra vez - ¿Eres nueva en la ciudad? - Intente poner una sonrisa agradable, y no parecer tan serio como era realmente. Cogi mi petate y me lo colgue al hombro.

"¿Qué debo hacer ahora?". Ya estaba allí, en ciudad Provento, en la región Vôken. Había ido con la idea de encontrar mi sitio y alejarme de lo conocido. ¿Por dónde empezaría? ¿Cómo lo haría? ¿Había sido muy precipitado...?

No, no podía dudar. Si lo hacía, era capaz de echarme atrás y regresar. Y no quería regresar.

Pensé de nuevo en mis padres. De mi madre no sabía mucho, ni dónde vivió antes de trasladarse a Johto. Quizá incluso tuviera unos abuelos que no conocía. Por otro lado, sabía que mi tío paterno había sido un coordinador. Nunca me había desagradado la idea. Había crecido rodeada de algunos pokemon de la pradera, así que podía ser una buena opción.

Mientras examinaba el mapa, un chico alto (muy alto) y moreno, de pelo castaño y ojos oscuros, se situó a mi lado para mirar también el plano. No me incomodó, e incluso le ignoré, atenta a mis propios problemas, hasta que se dirigó a mí. Le vi sonreír con cortesía pero no le devolví el gesto. Ahora, me doy cuenta de que era precisamente esa frialdad lo que solía alejar a la gente de mí.

— Así es —respondí—. ¿Conoces la situación del Centro de Coordinación? —Le pregunté directamente, pese a haberlo mirado en el mapa. Sin embargo, sabía muy bien que con las indicaciones del papel podría perderme fácilmente, a menos de que me lo indicaran de una forma más precisa.

La chica parecia no estar de mucho humor, ya que su expresion era bastante fria. Quiza le hubiese incomodado mi pregunta. O simplemente, quiza se pareciese mas a mi que al resto del mundo...

- No... - Dije mientras la seriedad volvia a mi rostro. - Busca en el mapa.

La verdad para mi el mapa era mas que claro, podria decirse que me oriento bastante bien y con seguridad afirmar que nunca me he perdido. Yo ya conocia la localizacion de mi destino, el Laboratorio Pokemon. Alli los jovenes como yo reciben su primer pokemon...

Pero sabia que para mucha gente los mapas no eran tan claros... Mire, nuevamente el mapa durante unos segundos, de reojo... Alargue mi mano y señale el edificio. -Aqui esta.- Dije seriamente. No queria parecer maleducado, pero la sonrisa era algo que perdia rapidamente cuando entablaba una conversacion.

Estaba de camino al laboratorio, mas o menos, solo me haria desviarme un poco. Y andar un rato despues de tanto barco no me vendria mal. Empece a andar en direccion a la Casa Ofcial de Coordinacion dandole la espalda a lo joven. - Si quieres... Te dejo acompañarme... - Le dije mirandola de reojo por encima del hombro con una sonrisa un tanto vacilona. - No vaya a ser que te pierdas en esta ciudad... - Dije mientras volvia la cabeza al frente y seguia caminando...

Algo de compañia en un lugar extraño no me vendria mal, pero tampoco iba a insistir mas de lo necesario en pedir que me acompañase. Si no queria venir... Podria seguir el camino solo.

— Eso estaba haciendo —contesté secamente.

Me di cuenta de que el joven comenzó a cambiar. La sonrisa de cortesía fue sustituida por seriedad y la simpatía desapareció como si nunca hubiese existido. Quizá debería de haber intentado ser amable. Pero no podía. No sabía. Podía intentarlo.

— Entonces, ¿tú también eres nuevo en la ciudad? —Le pregunté.

Volví de nuevo mi vista al mapa, aunque sabía la localización de mi objetivo. La ciudad era grande y las calles serpenteaban más que las plazas grandes o los parques. Guiarse entre tantos edificios altos y direcciones opuestas en una ciudad no era algo a lo que estuviera acostumbrada, sobre todo después de vivir la mayor parte de mi vida apartada de la sociedad. La población más cercana había sido un pueblo perdido también de la mano de dios.

El chico hizo la intención de marcharse, aunque de espaldas se volvió a dirigir a mí. Podría haberme molestado su expresión de "dejar acompañarle", pero a mí me daba igual como lo dijese. Si habia alguna forma de guiarme por aquella ciudad, estaba delante de mis narices.

— Está bien, iré contigo —acepté—. ¿Vas también al Centro de Coordinación?

Por último, me puse a su misma altura. Tal vez tuviese que andar más deprisa para que no me dejara atrás, pero estaba dispuesta y sin quejarme.

— Llámame Leinth. ¿Cuál es tu nombre?

La chica habia aceptado venir y eso me alegraba, y aunque fuese dificil, fue algo que rompio mi mueca seria por un ligero gesto de alegria...

- La verdad es que vengo de Kanto... - Dije sin girar la cara, mirando hacidelante. - Y lo de Coordinador en Kanto es algo que no se lleva...

En Kanto la mayor parte de la gente se dedica a entrenar pokemons, los rangers y los coordinadores escasean...

- Yo voy al laboratorio... Voy en busca de... Bueno, mi primer pokemon - Estaba mas suelto de lo habitual, pero en Voken podia ser una persona nueva... Cosa que no pretendia. - Pero el Centro de Coordinacion queda de camino... - Dije mientras la miraba de reojo.

Caminabas por las calles, por el recorrido mas sencillo que pude recordar y guiandome por los edificios mas emblematicos. No queria perderme y quedar mal... Aunque... ¿Perderme yo?...

- A mi puedes llamarme... - Dije girandome en sentido contrario mostrando mi petate, donde tenia bordado mi apodo (y el nombre por dentro) - Doble T

Dos manzanas recto, una a la derecha otra a la izquierda... Seguimos otra manzana... Atravesar ese parque. Hasta el centro comercial... Caminabamos en busca de aquel Centro de Coordinacion, ya no podia estar muy lejos.

El joven admitió haber acabado de llegar desde Kanto. Puede que incluso desde el mismo Ferry, ya que habíamos estacionado en varios lugares antes de llegar a Vôken. No había estado muy atenta, por eso de tener que ir a vomitar y no aguantar el ritmo del mar. Aunque a veces, cuando se paraba, había sido incluso peor.

— En Johto tampoco. Ni siquiera hay Centros ni concursos —reconocí—. Pero gimnasios, sí —destaqué, sin intenciones ocultas.

Al parecer, el chico quería ser Entrenador. Bien. No me importaba. Tenía mis propias quejas sobre los entrenadores, pero también sabía respetar la opinión de los demás. Y no parecía una mala persona.

— Yo también tengo pensado conseguir mi primer pokemon. Hasta ahora, sólo he tenido a mi cargo pokemon de mi padre, así que será una nueva experiencia —comenté.

Intentaba memorizar las calles por si tenía que regresar al puerto. No era difícil, aunque con un mapa me habría resultado complicado. Demasiadas direcciones. Durante el camino, el chico se presentó como Doble T. No era quien para quejarme de nombres, claro.

Cada vez nos acercábamos más al Centro de Coordinación.

Spoiler:

¿De Johto? Mi padre habia esta por alli en uno de sus viajes buscando pokemons nuevos... La verdad, nunca habia estado alli, pero siempre habia escuchado maravillas. Quiza en un futuro mi destino me lleve a aquel lugar.

- Ya no puede faltar mucho. - Dije señalando la direccion.

Ya estaba mas que despejado. El `paseo habia sido de gran ayuda, pero estaba empezando a tener hambre, no habia desayunado y casi era la hora de comer. Desolgue mi petate y saque un bocadillo bastante grande, por suerte siempre llevaba algo de comer. Lo parti mas o menos por la mitad, para ofrecerle un almuerzo a mi nueva "amiga".

- Ten... - Dijo secamente.

No era yo un chico de muchas palabras, y algunas veces me costaba entablar conversaciones, pero debia ser educado... Tampoco tenia mucho que decir, asique empece a comer mi bocadillo, y siguiendo con mi educacion, no debia hablar con la boca llena.

Pese a la caminata, no me habia resultado un paseo largo. Cualquiera diria que perdi la nocion del tiempo, pero tampoco es que tuviesemos una conversacion fluida. Simplemente, pese al silencio, me resultaba un silencio comodo, algo poco habitual.

Un par de manzanas mas y estariamos en el Centro de Coordinacion. ¿Que pokemon le a guardara a Leinth?

Spoiler:

Asentí en silencio a su pobre comentario. Pese a las dimensiones de la ciudad, el mapa había indicado que el Centro de Coordinación tampoco estaba muy lejos del puerto. El Laboratorio, en cambio, sí.

Doble T sacó un bocadillo de su petate y me dio la mitad. Pensé en rechazarlo, pues también tenía algo de comida en mi propia mochila pero, después de meditarlo, creí que él esperaba que lo aceptara y consideraría "de mala educación" no hacerlo. Así que lo tomé y comencé a comer. No estaba muy hambrienta, pero la comida se agradecía.

— Gracias —comenté.

No era una de esas personas que intentaban empezar conversaciones o cubrir por los menos los silencios. No me incomodaban, aunque mi experiencia me decía que al resto, sí. Por lo que decidí probar a hacer un esfuerzo.

— ¿Tienes pensado ser entrenador? —En realidad, no era una pregunta, más bien una afirmación de lo evidente—. ¿Por qué?

Spoiler:

Trague el trozo de bocadillo que tenia en la boca... Y mire a mi acompañante...

- Pues... Si, la verdad es que es justo lo que tenia pensado...- La chica parecia hacer el esfuerzo de romper el silencio... No debia limitarme a simples respuestas.- Mi padre... Era lider de un gimnasio en Kanto...- Hice una pequeña pausa, mirando al frente otra vez para asegurarme de que no me chocaba con nadie.- Y bueno supongo que como buen hijo, yo estoy siguiendo sus pasos. Siempre me han gustado los pokemons. Un dia un joven derroto a mi padre... El chico era de Voken... - Volvi a mirar a Leinth. -Por eso estoy aqui... Si aquel chico fue capaz de ganar a mi padre, el lider mas duro de todo Kanto, quiere decir que Voken tiene algo especial...- Sonrei un poco.

No era un chico de muchas palabras, pero bueno soltarse de vez en cuando no esta mal. Ademas, no queria que la muchacha se artase de mi antes de tiempo. Era la unica persona que conocia en Voken y la verdad, lo poco que conocia de ella no me desagradaba lo mas minimo.

- Y tu... ¿Como siendo de Johto, quieres ser Coordinadora? - Dije con interes. - Por lo que dijiste, alli no es algo muy popular.

Debo decir que nunca entendi porque la gente se queria hacer coordinador. Me parecia aburrido y porque no decirlo, algo de debiles... Algo a lo que se dedican los que no pueden ser grandes entrenadores. Pero me reserve mi opinion, no queria ofender a nadie.

Doble T quería ser entrenador, por supuesto. Al parecer, tenía la intención de seguir los pasos de su padre, un antiguo líder de gimnasio que cayó derrotado por un joven de Vôken. Cuando me lo explicó, al principio no lo entendí. Los líderes eran fuertes, pero los entrenadores novatos tenían que esforzarse para superarlos y conseguir su medalla. Sino, ¿cómo iba a acceder nadie a la Liga Pokemon? Al cabo de un tiempo, sea más o sea menos, acababan siendo derrotados.

Pero, ¿por qué había ido a Vôken entonces? ¿Quería derrotar a los líderes de allí, como habían hecho con su padre? ¿Buscaba a aquel joven? ¿O simplemente eligió el lugar como principio de su aventura por la anécdota? En cualquier otra ocasión, se lo habría preguntado directamente. Pero me detuvo la propia historia de Doble T. Por como la había contado, quizá no fuera buena idea profundizar más en el tema. A lo mejor algún día lo preguntaba, pero aquel, no.

— Parece un lugar agradable —comenté sobre Vôken, después de haber visto parte de la ciudad.

Medité la pregunta antes de darle una respuesta que pudiese satisfacerle. Puede que mis motivos no los entendiera, pero eran suficientes para mí.

— Mi tío fue Coordinador. Nunca llegó a ser gran cosa, aunque sí visitó regiones como Sinnoh o Hoenn. Actualmente, no sé dónde está —respondí—. Viajar con Pokemon y participar en concursos no tiene que estar nada mal. Me gustaría probar, sobre todo porque me ayudará a conseguir mi primer pokemon propio.

Un tema familiar... Bueno esa podia ser una buena explicacion... Yo, pese a seguir los pasos de mi padre, mi razon no tenia nada que ver con la familia...

- Pues suerte con tus concursos... - Dije con una mezcla de seriedad y animo.

Me considero un chico disciplinado, y siempre doy todo de mi, queria inspirar con algo de animos a la muchacha... Le deseaba lo mejor. Esperaba que se hiciese fuerte y que ganase muchos concursos.

- ¿Has visto algun concurso? - Dije interesado... - Yo nunca he visto uno en directo... Alguno por television, y la verdad no parecia demasiado espectacular. Espero que en directo sea mejor... - Intente bromear un poco.

Ya se podia ver el Centro de Coordinacion al final de la calle... A simple vista y desde lejos, se podian apreciar pocas cosas... Un edificio solitario en el medio de una plaza. Y brillante, muy brillante. Parecia estar hecha de espejos. Suponia que seria una gran obra arquitectonica de cristal.

- Creo que aquel es nuestro primer destino... - Hice un gesto con la cabeza. La verdad ser tan alto era de gran utilidad para divisar las cosas. Quiza Leinth, pese a ser bastante alta, no llegase a ver el edificio...

Spoiler:

A su comentario, el cual al principio tomé como sarcástico, aunque luego me di cuenta de que no tenía tal intención, respondí, algo cortante:

— Suerte con tus combates.

Lo cierto es que no me preocupaban los concursos. ¿Llegar a ser la mejor? ¿De qué me serviría? Por ahora, no tenía una respuesta. Pensaba que no me llenaría la satisfacción de ser superior. Nunca me había considerado como tal, por lo que tampoco sabía qué se sentía.

Así que por el momento, mi único objetivo sería averiguarlo. ¿Qué debía hacer a continuación? Quizá viajando por Vôken, acompañada de un Pokemon (y puede que también de Doble T, pues era una compañía agradable, aunque mi expresión no dejara traslucirlo), me ayudaría a comprenderlo o a encontrar una meta a mi vida.

— Sí —reconocí, recordando tiempos pasados—. Varios en videos que me traía mi tío. Tampoco he llegado a presenciar ninguno en directo, aunque espero poder hacerlo. Si todo sigue por el buen camino, así será.

Después de toda la conversación con Doble T, consideré mi respuesta algo pobre, por lo que añadí, intentando mostrarme más amistosa:

— No se trata de si es espectacular o no. Cuando observas un concurso pokemon, es necesario dejar atrás las concepciones que se tengan sobre cada pokemon y analizar los movimientos, la coordinación con su entrenador y la belleza de sus propias combinaciones. No es algo que se consiga sin práctica, como la victoria en los combates pokemon —razoné.

Fijé la vista al punto que señaba e identifiqué el Centro de Coordinación. Allí estaba, mi principio. Mi primer destino. Asentí silenciosamente y caminamos hasta la puerta. Me detuve en la entrada, antes de pasar, para volverme hacia Doble T.

— ¿Quiéres entrar conmigo? ¿O marcharte al laboratorio? Si esperas, te acompañaré también hasta allí —decreté.

Spoiler:

Podia tener parte de razon en que los concursos son como las batallas, sin entrenamiento no se llega a ningun lado. Pero la verdad es como todo... Esfuerzate, o no llegaras a ningun lado.

- Claro...- Dije con media sonrisa, tampoco queria perder la oportunidad de ver el Centro de Coordinacion por dentro. El edificio era espectacular, y seguro que no decepcionaria por dentro. - Quiza, con algo de suerte, podamos ver un concurso... - Intente resultar un poco gracioso.

Aunque estaba algo ansioso, o bueno quiza no tanto, pero si tenia muchas ganas de recibir mi primer pokemon... Podia acompañarla hasta dentro, ese pokemon aun podia esperar.

- Venga entremos... - Dije mientras me acecaba a la gran puerta de cristal y la abria para mi joven compañera. Por una vez en la vida (bueno por alguna mas, pero no era algo muy habitual) me encontre con una puerta a mi tamaño, esta vez no tendria que agachar la cabeza. Hice un gesto invitandola a entrar delante mi, mas con un gesto serio que cordial.

Spoiler: